Cardenal Filoni afirma que en los cristianos perseguidos encontró fe en medio del sufrimiento, pero no odio
El prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Fernando Filoni, recordó que "en los rostros de miles de personas, cristianos, yazidíes, khaki -expulsados en julio y agosto de 2014 por el Estado Islámico- había angustia, había todo el drama de aquellos que lo han perdido todo, pero 'no la fe, no la propia dignidad humana', como me dijo un cristiano laico en el poblado de Alqosh". Recordó sus encuentros con sobrevivientes de las masacres de Pascua en Sri Lanka, quienes tenían "un sufrimiento inenarrable, tristeza, pero no odio".
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ACI Prensa.
DURANTE SUS VIAJES A POBLACIONES ATACADAS POR ISLAMISTAS.
El cardenal y prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Fernando Filoni, precisó que en sus viajes a poblaciones perseguidas por su fe en Jesús, por parte de extremistas islámicos, fue testigo "del sufrimiento muchas veces, pero no del odio, de muchos cristianos", al celebrar la Misa en la Catedral de San Esteban, en la diócesis italiana de Concordia-Pordenone, el sábado 3 de agosto, día en el que se conmemora el hallazgo milagroso de las reliquias de san Esteban, el primer mártir cristiano.
"Puedo dar testimonio, como prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos de haber sido testigo del sufrimiento muchas veces, pero no del odio, de muchos cristianos. En los rostros de miles de personas, cristianos, yazidíes, khaki -expulsados en julio y agosto de 2014 por el Estado Islámico- había angustia, había todo el drama de aquellos que lo han perdido todo, pero 'no la fe, no la propia dignidad humana', como me dijo un cristiano laico en el poblado de Alqosh. 'No tengo nada, ¡pero conservo la fe!'", precisó Filoni.
Indicó que el camino de la Iglesia en el mundo está marcado por "mártires y persecuciones por el odio real incluso en países de antigua tradición cristiana y ahora también en lugares virtuales y los medios de comunicación". Recordó sus encuentros con sobrevivientes de las masacres de Pascua en Sri Lanka. "En los ojos de los sobrevivientes y de sus familiares que me mostraban las imágenes de sus propios seres queridos en sus teléfonos, había un sufrimiento inenarrable, tristeza y emoción profunda, pero no odio", ratificó.