Cardenal Burke ratifica que «tenemos una clara obligación de defender la máxima dignidad de la vida humana»

El cardenal Raymond Burke indicó que "el caso Lambert en Francia plantea una pregunta a la que todo ser humano está llamado a responder: ¿puede interrumpirse la vida de una persona porque está discapacitado, porque está confiado a los demás? ¿Puede el Estado dar muerte a los inocentes e indefensos?". "La Iglesia no necesita desarrollar nuevas respuestas, pero no puede permanecer callada frente a la violencia sobre los que no pueden defenderse, sobre los frágiles e indefensos; creo que debe prestar su voz al que no tiene voz", precisó. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: InfoCatólica.

FRENTE AL CASO VINCENT LAMBERT.

El cardenal estadounidense Raymond Burke ratificó que "los católicos y todas las personas de buena voluntad tenemos una clara obligación de defender la máxima dignidad de la vida humana, en cada uno de sus estadios", frente al caso de Vincent Lambert, el francés inmóvil desde 2008 después de un accidente que fue condenado recientemente a una muerte por deshidratación y desnutrición, el viernes 5 de julio, en una entrevista a L'Occidentale, que fue publicada en español por InfoCatólica

"Lo que estamos viendo es un ataque contra el derecho fundamental a la vida de todos los que se encuentran en una situación de profundo sufrimiento o malestar físico. Constituye una gravísima violación del respeto incondicional debido a cada hermano y especialmente hacia aquellos que son débiles en razón de la edad avanzada, enfermedad grave o cualquier discapacidad. Todo esto me genera una perturbación muy profunda, tanto personalmente como en mi servicio como pastor en conformidad con la ley natural y el Magisterio de la Iglesia", aseveró Burke, al indicar que esta situación es producto de "una distorsión y de un trastorno profundo en que está involucrada nuestra sociedad".

Afirmó que "en este momento de grandísima confusión, también es necesario que la Iglesia haga un frente unido para lanzar un mensaje claro de su enseñanza". "El caso Lambert en Francia plantea una pregunta a la que todo ser humano está llamado a responder: ¿puede interrumpirse la vida de una persona porque está discapacitado, porque está confiado a los demás? ¿Puede el Estado dar muerte a los inocentes e indefensos? La Iglesia no necesita desarrollar nuevas respuestas, pero no puede permanecer callada frente a la violencia sobre los que no pueden defenderse, sobre los frágiles e indefensos; creo que debe prestar su voz al que no tiene voz", precisó.