Arzobispo en México: «El Matrimonio es y será entre dos partes contrarias, pero complementarias: hombre y mujer»

El arzobispo de San Luis Potosí, Jesús Carlos Cabrero, será denunciado en la Subsecretaría de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación de México por la 'Red de Diversificadores Sociales', por defender el Matrimonio natural, tras la aprobación de las uniones homosexuales en esa ciudad. "Lo que objetivamente es el Matrimonio no se puede destruir. Una ley no puede ni podrá nunca destruir lo que es algo esencial", afirmó Cabrero. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ACI Prensa.

EL LOBBY GAY LO DENUNCIARÁ PORQUE "SE SINTIÓ OFENDIDO".

El Heraldo de San Luis Potosí.

El arzobispo de San Luis Potosí, Jesús Carlos Cabrero, afirmó que "el Matrimonio, como se entendió siempre, es y será, entre dos partes contrarias, pero complementarias: hombre y mujer", y por esto será denunciado próximamente en la Subsecretaría de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación de México por el lobby gay, a través de la 'Red de Diversificadores Sociales', que "se sintió ofendido", luego que este defendió el Matrimonio natural, tras la aprobación de las uniones homosexuales en esa ciudad, el jueves 16 de mayo. 

"El hecho de que una ley sea aprobada por un Congreso, no implica, a priori, que dicha ley sea positiva o moralmente buena. Desde los más remotos años, el Matrimonio se entendió que se hacía efectivo entre dos partes opuestas, pero complementarias: hombre y mujer. Nunca, hasta hace muy pocos años, no entendemos por qué, esta milenaria institución jurídicamente se atacó y terminó por quererla destruir. Lo que objetivamente es el Matrimonio no se puede destruir", afirmó Cabrero, quien podría tener sanciones por su argumentación. 

El prelado indicó en esa oportunidad que "el Matrimonio, como se entendió siempre, es y será, entre dos partes contrarias" y que "una ley no puede ni podrá nunca destruir lo que es algo esencial". Precisó que los que se alegran esa normativa "ejerzan lo que es, y debiera ser, la auténtica y verdadera tolerancia", dado que de la misma manera los católicos "respetamos su manera de pensar, pero entonces también exigimos que respeten con sinceridad lo que nuestra fe, nuestra forma de pensar y de creer, nos invita a vivir y a expresar".