Fallece el sacerdote más anciano de China con 105 años

El sacerdote más viejo de China, el padre Filippo Ye Yaomin, murió "pacíficamente, pidiendo a la Iglesia un florecimiento de vocaciones y rechazando el odio".

Autor: VenL. / Fuente: Asia News.

ORDENADO ANTES DE LA LLEGADA DE MAO TSE-TUNG.

"Fue el último del grupo de 'los ancianos', los sacerdotes ordenados antes de la llegada de Mao Tse-Tung, quien, a pesar de la persecución, habían mantenido intacta la fe y la dignidad". Es el recuerdo hecho a 'AsiaNews' una fuente católica de Guangzhou, donde el padre Ye ha vivido mucho tiempo antes de morir el 21 de enero a la edad de 105 años.

Su vida fue descrita como "épica" y ha ido pasado por la guerra civil china que desembocó en el régimen del Partido Comunista intolerante con su firme fe. Reunido en 2007 en la Catedral de Guangzhou, capital de la rica provincia sureña de Guangdong, el padre Ye, recordó con una sonrisa el período de la Revolución Cultural: "Me enterraron vivo por un día y una noche ¡Gracias a Dios que mis fieles consiguieron meter en el suelo un bambú para permitirme respirar!".

La monja que cuidó de él en las últimas décadas, Chen Jianyin, dice: "En los últimos tiempos había decidido rechazar el tratamiento hospitalario y la comida. Parecía consciente de la inminencia de su final. Nos dijo que la Iglesia era su casa y él quería morir en casa. Por esta razón sus feligreses le han llevado a la Inmaculada Concepción, donde falleció".Nacido en 1910 y bautizado con el nombre de Felipe, el padre Ye llegó a la edad de 27 años a Hong Kong para estudiar en el Seminario Mayor del Sur de China. Allí se quedó durante 7 años, hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, y luego volvió a Guangzhou. Fue ordenado sacerdote en 1948, y al año después enfrentó la llegada del Partido Comunista que comenzó pronto a golpear a la Iglesia Católica.En 1955 fue denunciado por "posesión ilegal de material extranjero", un boletín enviado por los antiguos compañeros de seminario todavía en Hong Kong, entonces en manos de Gran Bretaña. Fue condenado a vivir y trabajar en una pocilga en la provincia de Qinghai, donde permaneció hasta 1980. Recordando aquellos días, el padre Ye solía decir: "No odies porque el odio es un pecado".