Cardenal Sarah: «La Iglesia en África se opondrá a cualquier rebelión contra la enseñanza de Jesús y del Magisterio»

En el libro 'Dieu ou rien', el cardenal Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, explica el recorrido que le ha llevado finalmente a ser uno de los colaboradores más directos de Francisco y da su parecer sobre un amplio abanicos de temas.

Autor: VenL. / Fuente: InfoCatólica.

SOBRE EL PRÓXIMO SÍNODO DE LA FAMILIA.

He aquí algunos extractos:

"Dios lo ha hecho todo en mi vida. Mi parte ha sido que siempre he querido rezar.  Estoy convencido que el rojo de mi condición de cardenal es realmente un reflejo de la sangre y el sufrimiento de los misioneros que vinieron por todo África a evangelizar a mi pueblo.

"[Los momentos de oración] son un punto de inflexión las horas del día en que estoy a solas con el Señor, cuando me doy cuenta cuál es su voluntad para mí. Los grandes momentos de la vida son las horas de oración y adoración. Dan a luz al ser, dan forma a nuestra verdadera identidad, enraizan el misterio en nuestra existencia… La verdadera oración da a Dios la libertad de venir a nosotros según su voluntad. Tenemos que saber esperar en silencio. Debemos perseverar en el silencio, en el abandono y en la esperanza. Orar es estar en silencio durante mucho tiempo; estamos demasiado a menudo sordos, distraídos por nuestras palabras …"

"Cada día los [misioneros] espiritanos celebraban la Misa, trabajaban, rezaban el rosario y nunca abandonaban su compromiso con los fieles. Siendo pequeño pensé que si los sacerdotes estaban con tanta regularidad en la Iglesia, era porque estaban seguros de conocer a Alguien y de hablar con Él confiadamente".

"Mi padre me enseñó a amar mucho a la Virgen María. Todavía puedo verlo tirarse de rodillas en la arena de Urus para rezar el Ángelus todos los días antes del almuerzo y la cena. Nunca he olvidado esos momentos en los que cerraba los ojos para dar gracias a María. Imité y recité mis oraciones a la madre de Jesús, a su lado".

"La eutanasia es uno de los indicadores más claros de una sociedad sin Dios, infrahumana… Sin embargo, en mis viajes estoy viendo un despertar de las conciencias. Los jóvenes cristianos en Norteamérica están dado poco a poco un paso el frente para luchar contra la cultura de la muerte. Dios no estaba dormido, ¡Él está realmente con los que defienden la vida!"

"La idea de colocar el Magisterio en un joyero, separándolo de la práctica pastoral, que puede cambiar según las circunstancias, las modas y las pasiones, es una forma de herejía, una patología esquizofrénica peligrosa. Por eso digo solemnemente que la Iglesia en África se opondrá firmemente a cualquier rebelión contra la enseñanza de Jesús y el Magisterio".