Misioneros franciscanos continúan con la ayuda a los niños de la calle en Congo Brazzaville

El misionero franciscano Domenico Domenici indicó que "creciendo en la calle no tienen afecto, no pueden estudiar, no aprenden un oficio". Precisó que "gracias a las donaciones podemos ofrecerles la oportunidad de aprender un trabajo y ser autónomos". "Pueden quedarse con nosotros hasta que sean capaces de mantenerse a sí mismos. Cuando se van y logran iniciar su propio negocio, mantienen una buena relación con nosotros. Algunos también nos ofrecen ayuda", destacó. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Fides.

LOS CHICOS ABANDONADOS SON LAS PRIMERAS VÍCTIMAS DE LA POBREZA.

Los frailes franciscanos en Congo Brazzaville ofrecen alimentos y refugio a los niños de la calle, además de cuidar de ellos, ayudarlos a estudiar y aprender un oficio, desde hace más de 20 años. Actualmente, la estructura social está desintegrándose, dado que hasta hace 30 años, esta problemática no existía. Los niños son abandonados porque se les considera como "bebés hechiceros", son huérfanos, o familiares cercanos no pueden mantenerlos, o porque huyen de la violencia. 

El misionero franciscano Domenico Domenici denunció que en "el Congo Brazzaville -un país rico en recursos naturales- reina la pobreza", dado que "más del 50% de los congoleños viven por debajo del umbral de pobreza; entre las primeras víctimas se encuentran niños". "En la base siempre hay pobreza. Creciendo en la calle no tienen afecto, no pueden estudiar, no aprenden un oficio. A menudo son presa de delitos menores. A menudo la policía los lleva a la comunidad y nos pide que les demos la bienvenida", precisó.

"Gracias a las donaciones podemos ofrecerles la oportunidad de aprender un trabajo y ser autónomos. Pueden quedarse con nosotros hasta que sean capaces de mantenerse a sí mismos. Cuando se van y logran iniciar su propio negocio, mantienen una buena relación con nosotros. Algunos también nos ofrecen ayuda. En el Congo, hay una creciente sensibilidad hacia los más necesitados: es un signo positivo", precisó fray Domenico.