Arzobispo de Trieste: «Desde la anticoncepción en adelante, ha habido una degradación progresiva en la percepción pública de la dignidad del niño»

El arzobispo de Trieste, Giampaolo Crepaldi, aseveró que "hoy los hijos parecen ser del Estado, que los forma según sus propios programas y, los aleja sistemáticamente de Jesucristo, hablando mal de Él, o no hablando en absoluto". "La Iglesia ya no protesta por esto y no apuesta por formas de educación alternativa para volver a educarlos a través de la reapropiación de la función educativa de los progenitores", indicó. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: InfoCatólica.

SON CONCEBIDOS EN LABORATORIOS.

Formiche.net.

El arzobispo de Trieste, Giampaolo Crepaldi, aseveró que "desde la anticoncepción en adelante, ha habido una degradación progresiva en la percepción pública de la dignidad del niño", dado que estos son "concebidos en laboratorios, fabricados a partir de embriones descongelados", en un artículo titulado '¿Hay en marcha una expropiación de los hijos?', publicado en el número de noviembre de la publicación mensual 'Il Timone'.

"Los niños son dados en acogimiento o adoptados por parejas homosexuales; son divididos y objeto de pelea de progenitores divorciados; son comprados, vendidos y son objeto de contratos en la abominable práctica del vientre de alquiler; son entregados al sistema del espectáculo y de la publicidad desde pequeños y los padres los ven por la mañana y los vuelven a ver sólo por la tarde-noche", indicó Crepaldi, al lamentar que "el Estado sustituye a los progenitores para deseducar a los futuros ciudadanos en lo que atañe al Evangelio". 

El prelado afirmó que "hoy los hijos parecen ser del Estado, que los asume en las propias estructuras desde el jardín de infancia, los forma según sus propios programas y, como la Iglesia justamente temía, los aleja sistemáticamente de Jesucristo, hablando mal de Él, o no hablando en absoluto". "La Iglesia ya no protesta por esto y no apuesta por formas de educación alternativa para volver a educar a los niños a través de la reapropiación de la función educativa de los progenitores. Sería un modo para volver al principio según el cual los hijos son de Dios, y no del ministro de educación", aseguró.