Cardenal Filoni: «El pueblo japonés necesita la salvación que está sólo en el Dios que Jesucristo nos ha revelado»

El prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Fernando Filoni, mantuvo un encuentro con futuros sacerdotes en el Seminario de Fukuoka, como parte del programa de visitas que realiza en el país como enviado de Francisco. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Fides.

"LA LEY DEL KARMA NO PUEDE DARLA".

El cardenal y prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Fernando Filoni, afirmó que "toda la humanidad, incluido el pueblo japonés, necesita esa salvación que la ley del karma no puede dar, pero que está sólo en ese Dios que Jesucristo nos ha revelado", en el encuentro que mantuvo con futuros sacerdotes en el Seminario de Fukuoka, el 18 de septiembre, como parte del programa de visitas que realiza en Japón como enviado de Francisco. 

Filoni recordó las objeciones al anuncio del Evangelio que padeció el país. "Incluso en la famosa novela histórica el Silencio de Endo Shusaku, está escrito que los gobernantes de la época realizaban a los misioneros siempre la misma pregunta: ¿Por qué nos traen una religión extranjera y nos piden que creamos en su Dios? Nosotros también tenemos una religión noble y digna. ¿Qué tiene el cristianismo que no está ya contenido en la cultura del confucianismo o en la tradición sintoísta-taoísta-budista? El corazón de la novedad cristiana es el anuncio de una salvación donada gratuitamente por Dios a través del misterio de la encarnación, muerte y resurrección de Cristo", afirmó. 

Precisó que Jesús nos reveló que Dios "es un Padre generoso en el otorgar su gracia gratuitamente", que no cae bajo los golpes de las objeciones culturales o religiosas. Afirmó que el misterio de gratuidad da a los presbíteros futuros la fuerza para perseverar en un mundo marcado por una "cultura de lo provisional". "Es verdad que los sacerdotes, religiosos y ustedes como seminaristas en Japón son pocos en número. Pero la fuerza de la sal y de la luz no proviene de la cantidad, sino de la autenticidad. Los Apóstoles eran sólo una docena, pero gracias al celo y al poder de la gracia de Cristo llevaron el mensaje de Cristo a todas partes", exhortó.