Francisco a obispos de Colombia: «Sólo Dios es Señor y a ninguna otra causa se debe someter nuestra alma de pastores»
El Papa les exigió que "no enmudezcan la voz de Aquel que los ha llamado ni se ilusionen en que sea la suma de sus pobres virtudes, la de ustedes, o los halagos de los poderosos de turno quienes aseguran el resultado de la misión que les ha confiado Dios". "Sobre las espaldas de los sacerdotes frecuentemente pesa la fatiga del trabajo cotidiano de la Iglesia. Vigilen por tanto sobre las raíces espirituales de sus sacerdotes. No descuiden, por favor, la vida de los consagrados y consagradas", indicó.
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ACI Prensa.
EN SU DISCURSO EN EL PALACIO CARDENALICIO DE BOGOTÁ.
Francisco aseveró a los obispos de Colombia que "sólo Dios es Señor y a ninguna otra causa se debe someter nuestra alma de pastores" y precisó que "desde lo alto de Dios, que es la cruz de su Hijo, obtendrán la fuerza; escuchando la voz del Esposo que susurra en el corazón, recibirán los criterios para discernir de nuevo, en cada incertidumbre, la justa dirección", al exhortarlos a seguir en su misión y cuidar distintos aspectos de la vida de sus fieles, sin olvidarse de los sacerdotes, las familias, los religiosos y los consagrados.
"Dios nos precede, somos sarmientos, no somos la vid. Por tanto, no enmudezcan la voz de Aquel que los ha llamado ni se ilusionen en que sea la suma de sus pobres virtudes, la de ustedes, o los halagos de los poderosos de turno quienes aseguran el resultado de la misión que les ha confiado Dios. Al contrario, mendiguen en la oración cuando no puedan dar ni darse, para que tengan algo que ofrecer a aquellos que se acercan constantemente a sus corazones de pastores", afirmó el Pontífice, al recordar que "la oración en la vida del obispo es la savia vital que pasa por la vid, sin la cual el sarmiento se marchita volviéndose infecundo".
Pidió que reciban a los jóvenes "con el corazón de Cristo" y que les "abran espacios en la vida de sus iglesias". "Los sacerdotes precisan con necesidad y urgencia vital, de la cercanía física y afectiva de su obispo. Sobre las espaldas de los sacerdotes frecuentemente pesa la fatiga del trabajo cotidiano de la Iglesia. Vigilen por tanto sobre las raíces espirituales de sus sacerdotes. No descuiden, por favor, la vida de los consagrados y consagradas, que constituyen la bofetada kerigmática a toda mundanidad y son llamados a quemar cualquier resaca de valores mundanos en el fuego de las bienaventuranzas vividas sin glosa y en el total abajamiento de sí mismos en el servicio", indicó el Papa.