Francisco exhorta a «ser constructores de paz y promotores de la vida» durante su primera Misa en Bogotá

El Papa precisó que "en Bogotá y en Colombia peregrina una inmensa comunidad, que está llamada a convertirse en una red vigorosa que congregue a todos en la unidad, trabajando en la defensa y en el cuidado de la vida humana". El obispo de Roma recordó que Jesús "disipa y destruye" las densas tinieblas que "aquí, y como en otras partes, amenazan y destruyen la vida". 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ACI Prensa.

PARTICIPARON MÁS DE 1.000.000 DE FIELES EN EL PARQUE SIMÓN BOLÍVAR.

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Francisco aseguró que "en Bogotá y en Colombia peregrina una inmensa comunidad, que está llamada a convertirse en una red vigorosa que congregue a todos en la unidad, trabajando en la defensa y en el cuidado de la vida humana, particularmente cuando es más frágil y vulnerable: en el seno materno, en la infancia, en la vejez, en las condiciones de discapacidad y en las situaciones de marginación social", al presidir una Misa en el Parque Simón Bolívar, a la que asistieron más de 1.000.000 de fieles, el 7 de septiembre.

El Papa precisó que "la Palabra de Jesús tiene poder para convertir corazones, cambiar planes y proyectos", y que en "esta querida ciudad y este hermoso país se encuentran multitudes anhelantes de una palabra de vida, que ilumine con su luz todos los esfuerzos y muestre el sentido y la belleza de la existencia humana". "Estas multitudes de hombres y mujeres, niños y ancianos habitan una tierra de inimaginable fecundidad, que podría dar frutos para todos. Pero también aquí, como en otras partes, hay densas tinieblas que amenazan y destruyen la vida: las tinieblas del irrespeto por la vida humana que siega a diario la existencia de tantos inocentes, cuya sangre clama al cielo", denunció.

El Pontífice recordó que "a todas las tinieblas Jesús las disipa y destruye con su mandato en la barca de Pedro: 'Navega mar adentro'". Afirmó que "también multitudes que viven en Bogotá y en Colombia pueden llegar a ser verdaderas comunidades vivas, justas y fraternas si escuchan y acogen la Palabra de Dios", y exhortó a los fieles "a perder miedos que no vienen de Dios, que nos inmovilizan y retardan la urgencia de ser constructores de la paz y promotores de la vida".