Arzobispo de Sídney asevera que «existe más que un poco de sensación anticristiana en el aire»

El arzobispo de Sídney, Anthony Fisher, indicó que los retos son la reciente amenaza al Secreto de Confesión, las consecuencias de una posible redefinición del matrimonio, y la propuesta de despenalización de la eutanasia en Nuevo Gales del Sur, sobre el cual reflexionó que "la última cosa que nuestra sociedad necesita es que a otro grupo se le diga, a través de leyes y prácticas médicas, que sus vidas no tienen valor, y que todos estaríamos mejor si estuvieran muertos". 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Gaudium Press.

LOS TRES DESAFÍOS DE LA IGLESIA EN AUSTRALIA.

El arzobispo de Sídney, Anthony Fisher, aseveró que "ya sean los debates sobre la financiación de escuelas o la libertad religiosa o los sacramentos de la Confesión y el Matrimonio, existe más que un poco de sensación anticristiana en el aire", en un video, en el que expone los tres desafíos claves que enfrenta la Iglesia en Australia. El prelado indicó que el primer desafío es la reciente amenaza al Secreto de Confesión. 

"Creo que el encuentro espiritual entre un penitente y Dios debe permanecer inviolable y que los sacerdotes católicos y los penitentes no deberían ser amenazados con un cargo criminal por practicar su religión", precisó Fisher. Por otro lado, denunció que el segundo reto que enfrentan es la propuesta de despenalización de la eutanasia en Nuevo Gales del Sur. "La última cosa que nuestra sociedad necesita es que a otro grupo de personas se le diga, a través de nuestras leyes y prácticas médicas, que sus vidas no tienen valor, que estarían mejor muertos o posiblemente lo más desconcertante, que todos estaríamos mejor si estuvieran muertos", afirmó.

Por último, advirtió sobre las consecuencias de una redefinición del matrimonio en el país, a través de una consulta popular. "Si la ley se cambia, ¿las parroquias, escuelas, hospitales o agencias de bienestar seguirían siendo libres de contratar a seglares que profesan nuestros valores ¿Serán libres de enseñar lo que la Iglesia enseña sobre el matrimonio y la familia? Y sobre las personas de negocios o en los lugares de trabajo: ¿serán llevado ante los tribunales o presionados a aceptar la ideología de género de nuestra época?", cuestionó.