Ordenan a Gabriel Mestre como nuevo obispo de Mar del Plata

El obispo emérito de Mar del Plata, Antonio Marino, presidió la ordenación episcopal de su sucesor Gabriel Mestre, de 48 años. "Cuanto más alto es el oficio que recibimos, tanto más profunda debe ser nuestra humildad, sobre todo en quien es llamado a representar a Cristo", recordó Marino, al nuevo obispo. Por su parte, Mestre exhortó a luchar "por la verdad, la justicia y la defensa de la vida".

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: AICA.

ES EL SÉPTIMO PRELADO DE LA DIÓCESIS.

El obispo emérito de Mar del Plata, Antonio Marino, presidió la ordenación episcopal de Gabriel Mestre, marplatense de 48 años, quien se convirtió en el séptimo prelado de la diócesis, en la catedral de los santos Pedro y Cecilia, a la que asistieron miles de fieles, el 26 de agosto. Francisco designó al ex vicario general de la jurisdicción eclesiástica como el sucesor de Marino, luego de que este presentó su renuncia al cumplir 75 años en marzo pasado. 

Marino recordó al nuevo obispo que "cuanto más alto es el oficio que recibimos, tanto más profunda debe ser nuestra humildad, sobre todo en quien es llamado a representar a Cristo cabeza". "Los obispos, en efecto, somos el centro visible y necesario de la unidad eclesial, pero no el término final al que debe dirigirse todo honor y toda gloria, que sólo se reservan para el Padre, por su Hijo Jesucristo, en el Espíritu Santo", reflexionó el prelado emérito. Por su parte, Mestre exhortó a luchar como diócesis "por la verdad, la justicia y la defensa de la vida"

"La Iglesia no es una ONG, no es un partido político. La Iglesia es la esposa de Jesucristo, instrumento universal de salvación, que vive la alegría del Evangelio y se compromete con una auténtica cultura del diálogo y del encuentro", indicó. Asistieron a la toma de posesión de la diócesis, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), José María Arancedo; el cardenal y prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, Leonardo Sandri; el encargado de negocios de la Nunciatura Apostólica, Vincenzo Turturro, entre otros.