Francisco: «Sólo Dios puede extirpar todo el mal, y lo hará en el juicio final»

El Pontífice exhortó a los cristianos ejercer adecuadamente la libertad, "en la cual se lleva a cabo el difícil ejercicio del discernimiento", dado que allí "el Señor, que es la Sabiduría encarnada, nos ayuda a comprender que el bien y el mal no se pueden identificar con territorios definidos; él nos dice que la línea que separa el bien y el mal se encuentra en el corazón de cada persona".

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ACI Prensa.

"JESÚS NOS DA LA GRACIA DE CAMINAR EN UNA VIDA NUEVA".

Francisco afirmó que "Jesús nos dice que en este mundo el bien y el mal están entrelazados, que es imposible separarlos y extirpar todo el mal" y que "sólo Dios puede hacer eso, y lo hará en el juicio final", al reflexionar sobre la parábola del trigo y la cizaña, durante el rezo del Ángelus, en la plaza de San Pedro en el Vaticano, el 23 de julio pasado.

El Pontífice exhortó a los cristianos ejercer adecuadamente la libertad, "en la cual se lleva a cabo el difícil ejercicio del discernimiento". "Se trata de compaginar, con gran fe en Dios y en su providencia, dos actitudes aparentemente contradictorias: decisión y paciencia. La decisión consiste en querer ser una buena semilla, con todas sus propias fuerzas, y entonces alejarse del maligno y de sus seducciones. La paciencia significa preferir una Iglesia que sea fermento, que no tema mancharse las manos lavando el pan de sus hijos", indicó.

"En el discernimiento, el Señor, que es la Sabiduría encarnada, nos ayuda a comprender que el bien y el mal no se pueden identificar con territorios definidos. Él nos dice que la línea que separa el bien y el mal se encuentra en el corazón de cada persona. Somos todos pecadores. Jesucristo, con su muerte en la cruz y su resurrección, nos liberó de la esclavitud del pecado, y nos da la gracia de caminar en una vida nueva. Con el Bautismo nos dio también la Confesión porque siempre necesitamos de ser perdonados de nuestros pecados", aseguró el Papa.