Francisco: «Jesús murió y resucitó por nosotros, para que nuestros pecados sean perdonados»

El Papa afirmó que "Dios no nos ama porque nosotros tengamos ninguna razón que suscite amor", sino que "nos ama porque Él mismo es amor, y el amor tiende, por su naturaleza, a difundirse, a entregarse". "Dios tampoco vincula su benevolencia a nuestra conversión, más bien es una consecuencia del amor de Dios", aseguró.

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ACI Prensa.

EL AMOR DE DIOS A LOS HOMBRES ES LA ESPERANZA DEL MUNDO.

Francisco recordó que "Jesús no murió y resucitó para si mismo, sino por nosotros, para que nuestros pecados sean perdonados", al reflexionar sobre el amor de Dios hacia los hombres, el fundamento de la esperanza del mundo, en la audiencia general de los miércoles, el 14 de junio pasado.

El Papa afirmó que "Dios no nos ama porque nosotros tengamos ninguna razón que suscite amor", sino que "nos ama porque Él mismo es amor, y el amor tiende, por su naturaleza, a difundirse, a entregarse". "Dios tampoco vincula su benevolencia a nuestra conversión, más bien es una consecuencia del amor de Dios", aseguró.

"En Cristo Jesús hemos sido queridos. Es Él quien ha impreso en nosotros una belleza primordial, que ningún pecado, ninguna elección equivocada podrá nunca borrar del todo. Nosotros, ante los ojos de Dios, somos siempre pequeños manantiales hechos para dejar brotar agua buena", sostuvo el Pontífice.