Francisco: «La violencia es la negación de toda auténtica religiosidad»

El Pontífice precisó que "todas las religiones están llamadas a contrastar el camino de la violencia como requisito previo fundamental de toda alianza en la tierra, ya que mientras sentimos la urgente necesidad de lo Absoluto, es indispensable excluir cualquier absolutización que justifique cualquier forma de violencia".

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ACI Prensa.

DISCURSO EN LA UNIVERSIDAD DE AL-AZHAR.

Francisco afirmó que «la violencia es la negación de toda auténtica religiosidad», dado que «todas las religiones están llamadas a contrastar el camino de la violencia como requisito previo fundamental de toda alianza en la tierra, ya que mientras sentimos la urgente necesidad de lo Absoluto, es indispensable excluir cualquier absolutización que justifique cualquier forma de violencia«, en su discurso dirigido a los participantes de la Conferencia Internacional para la Paz, en la Universidad de Al-Azhar, durante su viaje a Egipto, el 28 de abril pasado. 

El Pontífice precisó que la educación para desarrollará una verdadera cultura del encuentro y del diálogo que promueva la paz y el entendimiento. «Con el fin de contrarrestar realmente la barbarie de quien instiga al odio e incita a la violencia, es necesario ayudar a madurar a las nuevas generaciones para que, ante la lógica incendiaria del mal, respondan con el paciente crecimiento del bien: jóvenes que, como árboles plantados, estén enraizados en el terreno de la historia y, creciendo hacia lo Alto y junto a los demás, transformen cada día el aire contaminado de odio en oxígeno de fraternidad. Como líderes religiosos estamos llamados a desenmascarar la violencia que se disfraza de supuesta sacralidad, apoyándose en la absolutización de los egoísmos antes que en una verdadera apertura al Absoluto. Estamos obligados a denunciar las violaciones que atentan contra la dignidad humana y contra los derechos humanos, a poner al descubierto los intentos de justificar todas las formas de odio en nombre de las religiones y a condenarlos como una falsificación idolátrica de Dios», denunció.  

«Sólo la paz es santa y ninguna violencia puede ser perpetrada en nombre de Dios porque profanaría su nombre. Juntos, desde esta tierra de encuentro entre el cielo y la tierra, de alianzas entre los pueblos y entre los creyentes, repetimos un ‘no’ alto y claro a toda forma de violencia, de venganza y de odio cometidos en nombre de la religión o en nombre de Dios. Juntos afirmamos la incompatibilidad entre la fe y la violencia, entre creer y odiar. Juntos declaramos el carácter sagrado de toda vida humana frente a cualquier forma de violencia física, social, educativa o psicológica«, aseguró el Papa, tras destacar que frente a la barbarie y la incomprensión, la religión no es un problema, sino parte de la solución.