Petr Jasek: «He podido experimentar qué significa ser perseguido por ser cristiano»

El cooperante cristiano checo Petr Jasek sostuvo que cuando estuvo detenido lo "hacían mirar al retrete mientras ellos rezaban", y que uno de sus compañeros era "lugarteniente de Bin Laden, y también había un sirio que se jactaba de haber sido uno de lo que decapitó a los coptos". "Estaba muy deprimido, pero trataba de evitar que lo notaran. Después empecé a rezar dando gracias al Señor por dejarme sufrir como él humillaciones y golpes. Cuanto más glorificaba a Dios, en silencio siempre, más nerviosos se ponían los yihadistas", sostuvo. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Actuall.

SE LIBRÓ DE LA PENA DE MUERTE EN SUDÁN.

El cooperante cristiano checo Petr Jasek, que fue condenado por las autoridades de Sudán a 20 años de prisión, afirmó que pudo experimentar lo que significa ser perseguido por ser cristiano, tras pasar 445 días en la cárcel, acusado por las autoridades de "espionaje e incitación al odio" sólo por recaudar dinero para pagar el tratamiento a un niño sudanés herido en unos disturbios. Reveló que trabaja en la organización 'Voices of Martyrs' con los cristianos perseguidos, en sitios donde la conversión al cristianismo está penada con la muerte. Indicó que definirá su nuevo rol, que probablemente será de embajador de los cristianos perseguidos por el mundo. 

"Estábamos en manos de Dios, pero sentir el apoyo de todas las partes del mundo, fue muy importante para nosotros", indicó, luego de permanecer encerrado junto a dos pastores y un activista cristiano sudanés. Recordó que cuando fue detenido en el aeropuerto le quitaron "el móvil, el ordenador, las tarjetas de memoria". "Querían documentar mi supuesto delito. Yo había tomado precauciones, había guardado las fotos delicadas en lugar seguro, encriptándolas. Fui a Sudán a documentar la demolición de Iglesias por el régimen. Cuando llegué todavía salía humo de una de ellas. La quemaron por completo", aseguró. 

Jasek sostuvo que cuando estuvo detenido lo "hacían mirar al retrete mientras ellos rezaban", y que uno de sus compañeros era "lugarteniente de Bin Laden, y también había un sirio que se jactaba de haber sido uno de lo que decapitó a los coptos". "Al principio estaba muy deprimido, pero trataba de evitar que lo notaran. Porque eso es lo que quieren: hundirte. Después empecé a rezar dando gracias al Señor por dejarme sufrir como él humillaciones y golpes. Eso me daba paz. Cuanto más glorificaba a Dios, en silencio siempre, más nerviosos se ponían los yihadistas. Me hicieron lavar sus platos; después sus calzoncillos. Finalmente, empezaron a pegarme con el palo de fregona", relató, que tras ser llevado a la celda de castigo, se convirtió en predicador para otros detenidos.