Francisco: «La Cuaresma es un periodo de penitencia, de mortificación, con el fin de hacernos resurgir con Cristo»
El Pontífice reflexionó que este tiempo litúrgico nos exhorta a "renovar nuestra identidad bautismal, es decir, a renacer nuevamente desde el amor de Dios". "Quien realiza el camino de la Cuaresma está siempre en el camino de la conversión. La Cuaresma es un camino hacia Jesús Resucitado", aseguró.
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ACI Prensa.
"ES TIEMPO DE ESPERANZA".
Francisco afirmó que "la Cuaresma es un periodo de penitencia, también de mortificación, pero no un fin en sí mismo, sino finalizado a hacernos resurgir con Cristo, a renovar nuestra identidad bautismal, es decir, a renacer nuevamente desde el amor de Dios", durante la audiencia general del 1 de marzo, por el comienzo del tiempo litúrgico.
"La Cuaresma ha sido instituida en la Iglesia como tiempo de preparación para la Pascua, y por lo tanto, todo el sentido de este periodo de cuarenta días es iluminado por el misterio pascual hacia el cual está orientado. Podemos imaginar al Señor Resucitado que nos llama a salir de nuestras tinieblas, y nosotros nos ponemos en camino hacia Él, que es la Luz. Y la Cuaresma es un camino hacia Jesús Resucitado. La Cuaresma es, por su naturaleza, tiempo de esperanza", reflexionó el Papa.
El Pontífice explicó su significado y recordó el paso del pueblo de Israel por el desierto antes de llegar a la Tierra prometida. "La Cuaresma vive de esta dinámica: Cristo nos precede con su éxodo, y nosotros atravesamos el desierto gracias a Él y detrás de Él. Él es tentado por nosotros, y ha vencido al Tentador por nosotros, pero también nosotros debemos con Él afrontar las tentaciones y superarlas. Quien realiza el camino de la Cuaresma está siempre en el camino de la conversión, de la esclavitud a la libertad, siempre por renovar", aseguró.