Francisco lamenta el «importante número de abandonos» entre los consagrados

San Ignacio decía que la pobreza es la madre y también el muro de la vida consagrada. Y es madre también porque da vida y como muro protege de la mundanidad.

Autor: VenL. / Fuente: VIS.

"ME PREOCUPA TAMBIÉN LA POBREZA".

La Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica ha celebrado su asamblea plenaria reflexionando sobre la actualidad de la vida consagrada en la Iglesia, cincuenta años después de los documentos conciliares Lumen gentium y Perfectae caritatis. El tema elegido era 'Vino nuevo en odres nuevos' y Francisco, recibiendo esta mañana a ochenta de sus participantes, ha basado su discurso en los múltiples significados de esa frase.

"En la parcela de la viña del Señor representada por los que han elegido imitar a Cristo más de cerca mediante la profesión de los consejos evangélicos, ha madurado la uva nueva y se ha exprimido el vino nuevo. En estos días os habéis propuesto discernir la calidad y el sabor del 'vino nuevo' cosechado en la larga temporada de la renovación, y al mismo tiempo evaluar si los odres que lo contienen, representados por las formas institucionales presentes hoy en día en la vida consagrada, son adecuados para contener este vino nuevo y favorecer su plena madurez".

"No os escondéis los puntos débiles que puede tener la vida consagrada en nuestros días como la resistencia de algunos sectores al cambio, la menor fuerza de atracción, el importante número de abandonos, la fragilidad de algunas rutas de formación, el afán por las tareas institucionales y ministeriales a expensas de la vida espiritual, la difícil integración de la diversidad cultural y generacional, el problemático equilibrio en el ejercicio de la autoridad y en el uso de bienes. Me preocupa también la pobreza… San Ignacio decía que la pobreza es la madre y también el muro de la vida consagrada. Y es madre también porque da vida y como muro protege de la mundanidad. Seguís queriendo escuchar las señales del Espíritu que abre nuevos horizontes y empuja a nuevos caminos, siempre partiendo de la regla suprema del Evangelio e inspirados por la audacia creativa de vuestros fundadores y fundadoras".