Ex vocero del Vaticano sobre Benedicto XVI: «Sus fuerzas mentales y espirituales son perfectas»

El ex director de la Sala de Prensa del Vaticano, Federico Lombardi, afirmó que al Papa Emérito, a quien visitó en el Monasterio Mater Ecclesiae, lo encontró "muy bien desde el punto de vista de la lucidez, de la presencia espiritual, mental, por lo que da verdadero gusto estar con él".

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ACI Prensa.

"ESTÁ PERFECTAMENTE PRESENTE".

El ex vocero del Vaticano y presidente de la Fundación Joseph Ratzinger, Federico Lombardi, afirmó que a Benedicto XVI, a quien visitó en el Monasterio Mater Ecclesiae, lo encontró "muy bien desde el punto de vista de la lucidez, de la presencia espiritual, mental, por lo que da verdadero gusto estar con él". Sostuvo que si bien las fuerzas físicas del Papa emérito se debilitaron -debido a su 89 años- "aquellas mentales y espirituales son perfectas", tras cumplirse 4 años, el 11 de febrero pasado, de su renuncia como Sumo Pontífice.

"Mientras aquellas mentales y espirituales son perfectas, las fuerzas físicas van debilitándose un poco. Sin embargo Benedicto XVI es una persona que no tiene enfermedades particulares, por lo tanto se ve la fragilidad que aumenta con la edad, pero sigue en pie, puede caminar. Es una persona anciana un poco más frágil con el pasar del tiempo, pero que está perfectamente presente y a la cual es muy agradable encontrarlo. La manera en la que Benedicto XVI ha vivido y vive estos años corresponde a aquello que nos había dicho, ósea en oración, en retiro, desde un punto de vista espiritual y con extrema discreción, su servicio de acompañamiento a la vida de la Iglesia y de solidaridad también, con su sucesor", indicó. 

Lombardi sostuvo que el testimonio más fuerte que ofrece el Papa emérito es "el hecho de vivir este tiempo en la oración, que está en perfecta coherencia con lo afirmado anteriormente, es decir, Dios en el centro, la fe como sentido de nuestra vida". "La cosa que encuentro también muy bella, es este sentido de la proximidad del encuentro con Dios, el hecho de vivir la edad de la ancianidad como un tiempo de preparación y de familiarización con el Señor que se prepara a encontrar. Esto me parece un hermoso testimonio", consideró.