Obispo de Chile denuncia que pretenden eliminar la invocación a Dios en las sesiones del Congreso

El obispo de Chillán, Carlos Pellegrin, aseveró que "detrás de la iniciativa está una fuerza oculta, pero muy presente, que desearía erradicar a Dios de todos los ambientes nacionales y encerrarlo en los templos". "Se trata de una ideología cada vez más presente, no solamente en Chile sino que en todo el mundo, y que necesariamente chocará con la gran mayoría cristiana de la población", lamentó el prelado. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: La Discusión y Biobio Chile.

POR INICIATIVA DE LA DIPUTADA COMUNISTA CAMILA VALLEJO.

El obispo de Chillán, Carlos Pellegrin, aseveró que la propuesta de la diputada del Partido Comunista Camila Vallejo, que pretende eliminar la frase 'En nombre de Dios' con la que se inicia la sesión en el Congreso y sustituirla con 'En nombre nombre del pueblo', se convirtió "en una nueva iniciativa laicista", de las que ya conocen "en muchas de las propuestas y proyectos de ley recientes en las que, antes de preocuparse de lo urgente, insisten en pasar la aplanadora ideológica por todas partes", en una columna publicada, el 7 de noviembre, en el portal La Discusión, titulada '¿Por qué Dios incomoda?'. 

"Detrás de la iniciativa está una fuerza oculta, pero muy presente, que desearía erradicar a Dios de todos los ambientes nacionales y encerrarlo en los templos. Se trata de una ideología cada vez más presente, no solamente en Chile sino que en todo el mundo, y que necesariamente chocará con la gran mayoría cristiana de la población. Una mayoría que habla sin tapujos por medio de la Iglesia Católica, pero también con firmeza desde el pueblo evangélico, tras la reciente masiva celebración de los pueblos evangélicos de Chile. La iniciativa de la diputada Vallejo olvida que la invocación a Dios la efectuamos cotidianamente creyentes y no creyentes, generalmente como un gesto automático, con el 'adiós' con que nos despedimos, y que nos recuerda el antiguo 'a Dios os encomiendo', que contiene el rastro ritual que da cuenta de un absoluto, y que se expresa de las culturas más tradicionales de África a las más modernas de Europa", argumentó.  

Pellegrin denunció que la iniciativa laicista es "una ofensiva contra el pasado y una clara exhortación a reescribir la historia, eliminando lo que es parte esencial de su arquitectura original", dado que en nombre de "una tolerancia con rostro intolerante, se desconoce la práctica de muchas sociedades modernas en las cuales la súplica divina o la ceremonia sacra, que acompaña a las instituciones, no ha sido ningún obstáculo en el desarrollo del Estado secular, de la libertad de creencias y del mismo agnosticismo". El prelado indicó que es "lamentable la destrucción de la tradición con la cada vez más evidente aplanadora ideológica, en una época de dictadura de lo políticamente correcto".