Padre Sergio Muñoz: «El material audiovisual sobre el Camino de Santiago está muy aguado: No se habla de Jesús»

El programa radial 'Cristo Ayer Hoy y Siempre' emitido el 4 de septiembre de 2016 entrevistó al Padre Sergio Muñoz, sacerdote español del Instituto Secular Servi Trinitatis, sobre la película 'Footprints'.

Autor: VenL. / Fuente: Redacción VenL

INSPIRADOR DE PELÍCULA 'FOOTPRINTS'.

 

Católicos en Acción de Phoenix decide hacer el Camino de Santiago

En realidad han sido dos aventuras: una fue la peregrinación en sí misma. La otra fue la realización del documental para un grupo como es el de Católicos en Acción de la Parroquia de Santa Ana, que es un grupo pequeñito, que vio el proyecto del documental como casi un milagro realmente.

La peregrinación surgió del hecho de que siempre había querido yo, personalmente, hacer el camino de Santiago. Recuerdo que cuando tenía 10 años, en el año 89, Juan Pablo II estuvo en la Jornada Mundial, en Santiago de Compostela y recuerdo que un grupo de Jóvenes de Acción Católica de Cuenca estuvieron allí participando. A mí me quedó un poco el gusanillo de haberles podido acompañar. Obviamente era muy pequeño entonces y no pude hacerlo. Pero siempre tuve el deseo, y la curiosidad, si quieres, de hacerlo.

Entonces, en el año 2014, se me abría una posibilidad, porque iba a estar en España unos meses y se me pregunté: ¿Por qué no invitar a otras personas que se puedan beneficiar de la misma experiencia? A partir de ahí, hablando con la gente de Católicos en Acción, lo anunciamos en la parroquia y finalmente un grupo de diez jóvenes se animaron.

Era muy difícil, porque económicamente significaba un gasto de dinero importante estar más de un mes o más de un mes en Europa. Luego, a nivel de trabajo, imaginaos lo que es pedir un mes y pico de vacaciones en el lugar donde estés trabajando, pero cada uno tenía una motivación grande de hacer esta experiencia y se lanzaron. Fue la Providencia la que quiso que esto sucediera y la que puso los medios para que se pudiera llevar a cabo.

 

¿Por qué un grupo de jóvenes de Arizona se embarca en esta aventura?

A mí me impresiona mucho en general de aquí de los Estados Unidos la frescura, la falta de miedos o de prejuicios que tienen los jóvenes. Uno esperaría algo distinto, porque Estados Unidos es la primera economía del mundo, un país desarrollado y parece que a priori uno piensa que se podría encontrar gente con poca iniciativa, aburrida, no sé cómo decirlo. La realidad es que, en general, son chicos que no tienen ninguna vergüenza a la hora de hablar de su fe, que lo hacen con muchísima naturalidad y que cuando recibieron la propuesta de hacer el Camino de Santiago lo vieron como la aventura de su vida y se lo tomaron con un apasionamiento y con una alegría también grande, porque se juntaban elementos humanos y sobrenaturales.

Humanamente hablando el Camino de Santiago es una auténtica aventura: eso de estar expuesto a las fuerzas de la naturaleza durante prácticamente cuarenta días, que si te llueve, o hace sol, o pasas frío, o no tienes comida o te pierdes, eso es casi una película, en sí mismo, con la independencia de que se haga después un documental o no. Y luego después el atractivo de ir a un país nuevo, de estar en Europa, que para ellos era una novedad y era algo que les atraía muchísimo.

Y fundamentalmente estaba la motivación espiritual o sea, aquellos chicos querían aprovechar el Camino de Santiago para encontrarse con el Señor y para abrirse; que la experiencia de las dificultades físicas, emocionales o espirituales les ayudara a un encuentro más profundo con Dios. Fue realmente casi como hacer Ejercicios Espirituales durante un mes, donde tienes ocho horas al día, o diez a veces, hasta hubo días que estuvimos caminando dieciocho horas, de oración, de encuentro con el Señor, de conocerte a ti mismo, de experimentar tus puntos débiles, de la necesidad de ser humilde para reconocer que no eres Supermán, aunque pensabas que lo eras. No lo eres, y necesitas pedir ayuda para que la gente te pueda ayudar a seguir hacia adelante. Eso lo aprovechó Dios para tocarles el corazón y para realizar su obra dentro de ellos. En ese sentido a mí me llamó la atención la actitud inicial, y luego lo serio que se tomaron el Camino de Santiago y la experiencia que tuvieron en España.

 

La idea del documental: "Una locura, pero nos encantan las locuras"

La idea del documental fue como una bola de nieve, que fue creciendo. En primer lugar, yo tenía idea de hacer un video hecho por nosotros y para nosotros. Una especie de recuerdo cuando acabara el mes en España y algo que pudiéramos tener y conservar para nosotros cuando pasara más tiempo. Entonces hablé con uno de los peregrinos, un chico que se llama Isaac y que hace fotografía y video, y le dije: "¿Por qué no te traes una cámara y vas grabando y al final haces algo?". Digamos que a partir de ahí empieza todo a crecer.

Hablé con una persona de la parroquia que me dijo: "Como va a ser algo que va a durar tanto tiempo a lo mejor podrías buscar un material profesional, podrías alquilar una cámara, un buen equipo de sonido para hacer algo que valga la pena". Y a partir de ahí ya la cosa crece en la cabeza y uno piensa: ¿Por qué no intentamos algo más?

El Camino de Santiago es una peregrinación que se hace en España para rezar ante el sepulcro de Santiago el Mayor, que fue uno de los mejores amigos que tuvo el Señor, y que está enterrado en Santiago de Compostela, en Galicia, en España. Y cada año cientos de miles de personas caminan, porque esa es la peculiaridad del Camino de Santiago, que no se hace la peregrinación en coche o en autobús, sino que la gente se pone la mochila a la espalda y se hace cientos de kilómetros para llegar allí.

Yo, que soy de España, veía que el material audiovisual sobre el Camino de Santiago, es un material que, desde el punto de vista espiritual, está muy aguado: no se habla de Jesús; se habla del Camino de Santiago simplemente como si fuera una experiencia de conocerte a ti mismo. No se hace una referencia explícita al Señor, a Cristo, a la Iglesia o a Dios. Entonces yo pensaba que era importante que hubiera algo que ayudara a la gente a hacer el camino con la perspectiva, con la orientación y la mentalidad mejor, para poder aprovecharla. Que eso iba a permitir además que se ofreciera una imagen del Camino de Santiago atractiva realmente, porque el camino es eso, y eso es lo que lo hace tan hermoso.

A partir de ahí hablé con mi superior y con el obispo de aquí, pensando que me iban a decir ‘chico estás loco, esto es imposible’. Y fue todo lo contrario. Lo que dijeron es: "Vamos a intentar y explorar la posibilidad". Estuvimos hablando con compañías de aquí, de Estados Unidos; nos dieron unos presupuestos que eran imposibles. Al principio yo lo tomaba con mucha tranquilidad, pensando: "Señor si realmente esto lo quieres tú, nos darás los medios". Luego ya tratamos con una compañía que nos pidió un presupuesto de un millón y medio de dólares. Cualquiera que esté escuchando habrá pegado un salto en el asiento diciendo: "Madre mía".

Cuando ya parecía que no podía realizarse porque ni teníamos obviamente esa cantidad de dinero, ni ya teníamos tiempo suficiente para preparar una alternativa, mandé un correo a una productora que hay en España, que se llama Infinito+Uno, que son extraordinarios, y básicamente el correo decía: "Chicos tengo esta idea, estos jóvenes van a hacer el camino de Santiago y tenemos más o menos un mes antes de que comience la peregrinación. Es una locura pero os la lanzo para ver si me agarráis el guante". Y al día siguiente contestó Juan Manuel Cotelo, que es el presidente y el director de la productora, y básicamente dijo: "Sí, es una locura pero a nosotros nos encantan las locuras, así que vamos a hablar de esto y a ver qué pasa". Y a partir de ahí salió el proyecto, y gracias a Dios lo que parecía imposible hoy es una realidad.

 

Los preparativos, esa peregrinación interior que comienza antes del Camino

Físicamente la peregrinación inicia cuando comienzas a caminar. Eso está claro. Ahora bien, hay una peregrinación, por así decir, interior que comienza mucho antes. En primer lugar, en nuestro caso, estuvimos prácticamente un año preparando la peregrinación. Y prepararla no solamente en el aspecto logístico, sino también espiritualmente hablando.

Tienes que escoger la ruta, en primer lugar, porque para llegar a Santiago hay diferentes itinerarios. Hay muchos caminos. No es solamente un camino o una sola ruta trazada. Para empezar ahí tienes que tomar una opción y luego después tienes que estar preparando las etapas. Ya te las vas imaginando. Gracias a Dios, hoy en día con las tecnologías que tenemos uno puede prácticamente estar casi casi allí y puede estar mirando la ruta, las inclinaciones, dónde hay una fuente, dónde hay una vía de descanso, antes de comenzar a caminar. Luego vas viendo los templos o los lugares de culto por donde vas a pasar, y eso es una ocasión también para profundizar en la propia fe.

Nosotros el cuarto día de empezar a caminar, pasábamos muy cerquita, en la ruta que habíamos escogido, de la ciudad de Loyola, que es donde nació san Ignacio. No estaba en el Camino de Santiago, en la ruta oficial, pero cuando estás preparando aquello dices: "¿Cómo voy a pasar yo a treinta kilómetros de distancia y no ir a saludar a san Ignacio?". Entonces preparas el desvío y aquello te va preparando espiritualmente, porque puedes celebrar la Misa en la casa donde nació y se convirtió san Ignacio. La espiritualidad de san Ignacio ya comienza a empaparte y entonces comienzas a pensar: "¿Por qué no intento impostar el camino de Santiago teniendo en mente las cuatro semanas de los Ejercicios Espirituales de san Ignacio?".

Todo eso va enriqueciendo la propia peregrinación y te va ayudando incluso antes de llegar allí. Y así en otros desvíos que hicimos. Tuvimos la gracia de visitar un monasterio que hay en España que se llama santo Toribio de Liébana, que es un monasterio románico, antiquísimo, que tiene, a mi juicio, la reliquia más importante del mundo, que es la cruz de Jesús o el trozo más grande que se conserva hoy en día de la cruz del Señor. Es un trozo de madera enorme, y pensar que es la misma cruz de Jesucristo, aquello también de solamente pensarlo te ayudaba muchísimo. Cuando llegas allí, hecho polvo, muerto de cansancio, y puedes celebrar la Misa en la capilla donde está el leño de la cruz y después los monjes franciscanos te dejan poder besar la misma madera donde se obró la redención del hombre, y puedes unir tus sufrimientos a los sufrimientos de Jesús y después piensas que la Misa es la realización de ese sacrificio de Cristo que se hace presente por nosotros cada día. Todo esto te va ayudando solamente en el hecho de prepararlo.

Y luego llegas a Santiago y te das cuenta que en realidad Santiago no es el final de nada, sino el principio de todo, por así decir. O sea que la verdadera peregrinación comienza cuando finaliza el Camino de Santiago y que lo que has hecho ha sido aprender a vivir durante treinta o cuarenta días, y que ahora todas esas enseñanzas y todas esas gracias que Dios te ha dado las tienes que aplicar en la peregrinación más importante que hay, que es la que hacemos todos hacia la Eternidad, y que debemos caminar con responsabilidad para poder llegar a la meta, que es la unión definitiva con Dios en el cielo.

Hay una frase muy famosa en España que dice que en Santiago se une la alegría de llegar y la tristeza de haber llegado y eso un poco lo experimentan todos los peregrinos que llegan allí. Por una parte, experimentan ‘qué felicidad lo he conseguido’, sientes una satisfacción humana y sobrenatural muy grande después de tantas dificultades que has pasado, pero por otro lado te da una tristeza muy grande pensar ‘esto se ha terminado’; es una vida tan hermosa, una experiencia tan maravillosa y tan enriquecedora que te da pena realmente; te gustaría que el camino continuara. Entonces la peregrinación se inicia mucho antes de comenzar a caminar y no termina cuando llegas a Santiago, sino que eso es una etapa más en la verdadera peregrinación que estamos haciendo todos.

Mi opinión es que hay que ser también muy humildes, porque los frutos del camino de Santiago no lo sabe ni la propia persona que ha hecho el camino. A lo mejor Dios ha sembrado ahí una semilla y esa semilla crece mucho tiempo después. Quiero decir que lo que uno experimenta tampoco es todo lo que Dios ha realizado en el corazón del peregrino. Es necesario tener esa actitud de apertura y decir: "Ahora me toca a mí colaborar con la gracia de Dios e intentar que esto sea de verdad el principio de una vida nueva".

 

Dificultades durante la peregrinación

El diario personal de cada peregrino está lleno de momentos malos. Muchas veces esas cosas las lleva uno dentro. Cuántas veces uno se despierta por la mañana y siente un dolor o está enfermo. Hay una frase en latín que dice solditur ambulando, que significa ‘se soluciona caminando’, como diciendo: Pase lo que pase tú no te pares y continúa poniendo un pie delante del otro. Cuántas veces uno está mal o tiene una situación médica: descomposición, o tiene fiebre, o tiene dolor de cabeza; da igual. Tienes que ponerte la mochila y salir hacia adelante porque no te puedes parar.

A nivel de grupo, recuerdo como una jornada particularmente dura, precisamente la jornada en la que llegamos a Loyola, porque ese fue un día de dieciocho horas caminando que se dice pronto. Cuarenta kilómetros de caminar y luego habíamos comenzado en un pueblecito que hay en las vascongadas, que se llama Zaraus, que está al lado del mar y para llegar a Loyola tienes que subir una montaña impresionante. Es todo hacia arriba, hacia arriba, hacia arriba… Recuerdo que tuvimos la Misa en lo alto de la montaña, que eso sí que aparece recogido en el documental, y al acabar la celebración de la Misa se veían las nubes, nosotros estábamos por encima de las nubes, y nos quedaban quince kilómetros para llegar. Y yo veía la gente tan hecha polvo, tan cansados, y yo mismo digo: "¿Cómo vamos a llegar a Loyola?" Estamos destrozados aquí en medio de ninguna parte y además se estaba empezando a nublar. De hecho el día terminó lloviendo y la gente terminó mojadísima de la lluvia que nos había pillado de camino.

Cuando llegas después de tantas horas y de un agotamiento tan grande, con tanta hambre, con el frío, mojado, y sabes que tienes que dormir menos de seis horas porque al día siguiente te tienes que despertar temprano porque hay otros treinta y tantos kilómetros por delante, la sensación es ¿cómo voy a hacer esto? Porque nos quedaban todavía casi más de veinte días. Y dices: "Si esto es tan difícil ahora, ¿cómo voy a ser capaz de hacer todo el Camino de Santiago?".

Y ahí también hubo una enseñanza, y es no dejarte vencer por las dificultades, sino saber que Dios te da la gracia para cada día hacer lo poquito que nos toca para llegar al final, y así poquito a poquito ir cumpliendo todas las etapas de nuestra vida. Pero aquel día llegamos tan cansados… El grupo se partió. Los que llegamos primero éramos tres. Al llegar al alojamiento nos dimos una ducha. Yo al ver llegar a los chicos los vi tan sumamente destrozados, que me dio miedo hablar. Dices: "Como diga la palabra equivocada aquí la lío". Entonces no dije absolutamente nada. Los recibí y se fueron a dormir y ya está. Ha habido peregrinos que particularmente lo han pasado mal en esta jornada. Hubo algunos que tuvieron que dejarlo algunos días porque fueron al médico y el médico les dijo: "Así no se puede caminar". Aquel día fue un día para no olvidar.

Hubo puntualmente algún momento en el que nos perdimos, pero fue cuestión de unos minutos, porque nosotros, al preparar la peregrinación lo que hicimos fue, a través de internet, bajar los datos del GPS. Teníamos un GPS que nos salvó la vida un par de días. Recuerdo cuando pasamos los picos de Europa, que es uno de los parques naturales más impresionantes que hay en España y una montaña increíble, el día que pasamos por allí estaba lloviendo, había una niebla tan espesa que no se veía nada a diez metros y el camino era un camino de animales, de cabras. Gracias a Dios que ahí la ruta la teníamos trazada y que el GPS funcionó. Con el GPS, a veces tienes que tomar decisiones sobre el terreno, pero nunca pierdes la orientación y eso también tiene una aplicación.

Yo suelo decir que el GPS es la virtud de la fe, porque te va marcando, te dice dónde están las cosas, dónde están los peligros que tienes que evitar, y simplemente lo que tienes que hacer es seguir el camino que te va trazando, pero perderse así de perderse, que estuvieras tres horas, que no sabes dónde estás, eso gracias a Dios no se hizo porque se preparó bien antes de comenzar el camino, porque desde luego, si no hubiera sido allí, muchas veces nos hubiéramos quedado pedidos por ahí, en medio de la naturaleza.

 

Neftlix: Contenido católico en una gran plataforma

La presencia de trabajos católicos en este tipo de plataformas es escasa, por no decir casi nula. Y a las pruebas me remito. Que alguien vaya a ese tipo de plataformas y busque contenido católico, va a encontrar poca cosa. Entonces, en ese sentido, siempre hay necesidad y tenemos todos, la responsabilidad de evangelizar y de utilizar los medios de comunicación, en la medida de nuestras posibilidades.

La sensación que, en lo personal tengo después de este documental es la de que Dios ha hecho lo imposible. Si tú preguntas hace tres años si un grupo de, vamos a poner, treinta jóvenes de una parroquia de un lugar desconocido, que no conoce nadie, sin tener medios, van a terminar haciendo un trabajo documental, que gracias a Dios ahora va a estar o va a poder ver gente del mundo entero, y que por tanto, chicos de aquí van a poder tocar el corazón de gente que está en la otra esquina del planeta, a mí me parece que es casi una epopeya, realmente.

Y luego creo que los católicos tenemos la responsabilidad, repito, en la medida de nuestras posibilidades, de entrar en ese tipo de plataformas, de intentar hacer trabajos audiovisuales que puedan verse en plataformas que no son explícitamente religiosas o cristianas, porque eso es evangelizar, eso es salir al encuentro de la gente.

El director de la compañía que ha producido el documental insiste mucho en esto. Dice: "Yo hago películas y quiero que las películas no sean sólo para católicos, sino que son para todos, para cualquier persona que esté buscando a Dios, alguien que tenga deseos de hacer o de encontrar una plenitud que no tiene en este momento de su vida". Y él decía: "Además yo quiero hacer películas que estén en los cines. Yo quiero que cuando una persona vaya al cine se encuentre una película del Hombre Araña, una película del Capitán América y al lado hay un póster para una película que sea católica. Porque eso es evangelizar también".

Y en este sentido creo que este ha sido quizás un pequeño logro si uno lo mira con vistas humanas, pero para los que de alguna forma hemos estado envueltos en esto, es una gran hazaña, porque es evidente que si Dios no hubiera puesto la mano, esto hubiera resultado total y absolutamente imposible. Entonces me aplico la moraleja y digo si nosotros que no somos nada, que no teníamos medios, que no conocíamos a nadie, hemos, gracias a Dios, podido trabajar en algo que va a tener una incidencia tan grande en otros lugares del mundo, qué se podría hacer si se tuvieran medios y se tuviera la voluntad de hacer más trabajos que ayudaran a la gente a acercarse a Dios.

 

La Parroquia Santa Ana de Phoenix y el movimiento de apostolado seglar Católicos en Acción

La Parroquia de Santa Ana es una parroquia tocada por la mano de Dios. Yo aquí soy totalmente parcial porque soy el párroco, así que voy a hablar con orgullo de ella. Yo digo que es una parroquia de ciencia ficción. O sea, si se cuentan cosas de la parroquia, por ejemplo en España, donde la fuerza del secularismo ha llegado a todo, yo estoy seguro que la mayor parte de la gente no se cree lo que digo.

Es una parroquia que tiene mucha devoción. Por ejemplo, tenemos una capilla de Adoración perpetua y están cubiertas todas las horas, y muchas de las horas están cubiertas por gente joven, y eso ya ha dado una vida interior a la parroquia que es difícil de expresar. Cuando tienes a gente que está continuamente en la Adoración, cuando el Señor está continuamente recibiendo visitas de familias, de abuelitos con sus hijos que van allí a rezar su rosario, o a leer su libro de devoción, cuando tienes a grupos que van, ya aquello empieza a generar una vida sobrenatural que no se puede explicar.

Tenemos, gracias a Dios, mucho tiempo para el sacramento de la Confesión. Ofrecemos unas treinta horas a la semana y es increíble ver a la gente. Siempre hay alguien confesando. Yo, por ejemplo, el año pasado tenía confesiones desde las seis de la mañana del jueves a seis de la tarde el mismo día, el jueves. Para mí era edificante llegar a las seis de la mañana un jueves y encontrarte a quince, veinte personas esperando. Gente que a las cinco y pico de la mañana ha agarrado el coche y se ha ido a la parroquia a confesar.

Esta Semana Santa tuvimos cien horas de confesiones. Pusimos doce horas el lunes santo, doce el martes santo, doce horas el miércoles santo, doce horas el jueves santo. Y el jueves santo por la noche tuvimos veinticuatro horas seguidas de confesiones. Siempre hubo alguien confesando; con un sacerdote, a veces con dos sacerdotes, a veces con tres sacerdotes, a veces con cuatro sacerdotes a la vez. Era increíble ver la hilera de gente. Luego el número de Misas es muy grande. La Misa que hemos tenido hoy en español, hemos tenido cerca de 1.600 personas.

Ahí es donde se encuentra a día de hoy el grupo de Católicos en Acción, que está integrado sobre todo por lo que llaman aquí jóvenes adultos, es decir gente entre los 18 y los 30 años. A través del encuentro con Dios, de la dirección espiritual, vieron la necesidad de encontrarse con otros chicos y otros jóvenes para poder crecer en la fe, y actualmente, aproximadamente habrá un grupo de 40, 50 los más comprometidos. Ya sabemos que hay gente que coopera, pero que a lo mejor no tiene un compromiso tan grande.

Si contamos a los voluntarios el grupo se sale de los 100, y es gente, debo decir, muy buena de corazón, con mucha valía humana y sobrenatural, con el deseo de entrar en amistad con Cristo y creo que ha sido eso lo que ha producido, entre otras cosas, el fruto del documental. Ha salido todo de la oración, de la Adoración y del deseo de hacer cosas por Dios. Invitamos a todos. Ellos también en la página web de la parroquia tienen muchos medios de apostolado, películas incluso. Gracias a Dios es un lugar donde una persona puede crecer en la fe.