Conferencia Episcopal Argentina lamenta el accionar de las autoridades en el caso de las carmelitas de Nogoyá

La Conferencia Episcopal Argentina afirmó que "si efectivamente se hubieran cometidos delitos, la Iglesia es la primera interesada en que se haga justicia". "Esperamos que la Justicia se expida con prontitud, que lo haga en base a elementos objetivos y respetando en toda su amplitud la legislación vigente y la libertad religiosa de las personas y de la Iglesia misma", sostuvo. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: AICA.

"NO HABÍA NINGÚN MOTIVO PARA SER ALLANADO DE ESE MODO".

La Conferencia Episcopal Argentina, presidida por el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, José María Arancedo, lamentó el accionar de las autoridades y afirmó que "si efectivamente se hubieran cometidos delitos, la Iglesia es la primera interesada en que se haga justicia", a través de un comunicado titulado 'En relación a lo acontecido en el monasterio de Nogoyá', el 22 de septiembre, casi un mes del violento allanamiento del convento de las carmelitas de Nogoyá, por denuncias de supuestas torturas y privación ilegítima de la libertad. 

"La Iglesia Católica no busca ningún privilegio frente a la legítima acción del Estado en la investigación y sanción de los delitos que puedan cometerse en cualquier ámbito. Si efectivamente se hubieran cometidos delitos, la Iglesia es la primera interesada en que se haga justicia.  Pero en este caso concreto llamó la atención el modo de proceder de las autoridades intervinientes. No había ni hay ningún motivo para presumir que un monasterio conocido y de extendida presencia necesitara ser allanado de ese modo. Esa forma de actuar, que sería igualmente poco adecuada en una casa de familia, ofende especialmente a la consideración que merece una casa de oración legítimamente constituida, y al sentimiento religioso de la comunidad católica", indicó. 

La Comisión Directiva de la CEA destacó su "estima, valoración y agradecimiento" hacia la vocación religiosa contemplativa, en el caso de las monjas, que "se dedican a la oración y el trabajo silencioso", una situación que "puede ser difícil de comprender en nuestro tiempo". "Se trata de un testimonio luminoso que nos ayuda a descubrir la presencia de Dios. Los monasterios son lugares de oración y de paz, que hacen mucho bien a la Iglesia y a la misma sociedad. Esperamos que la Justicia se expida con prontitud, que lo haga en base a elementos objetivos y respetando en toda su amplitud la legislación vigente y la libertad religiosa de las personas y de la Iglesia misma", aseveraron los prelados.