Arzobispo de España: «El viejo continente necesita a Jesucristo para no perder su alma»
El arzobispo de Pamplona-Tudela, Francisco Pérez González, aseveró que "la cultura europea da la impresión de ser una apostasía silenciosa por parte del hombre autosuficiente que vive como si Dios no existiera", al citar las palabras de san Juan Pablo II. "La ideología de género ha trastocado y destronado a la persona de su propia identidad", lamentó el prelado.
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: InfoCatólica
PIDE A EUROPA REAVIVAR SUS RAÍCES FRENTE A LA DESCRISTIANIZACIÓN.
El arzobispo de Pamplona-Tudela, Francisco Pérez González, aseveró que la Unidad Europea no se puede construir sólo con la economía, sino que Europa tiene necesidad de un alma, del alma cristiana, por lo que exhortó a no acomplejarse de seguir identificándose con lo que es frente al avance de la descristianización. Aseguró que "el viejo continente necesita a Jesucristo para no perder su alma y no perder aquello que lo ha hecho grande en el pasado y que todavía hoy lo presenta a la admiración de los demás pueblos", al citar las palabras de san Juan Pablo II.
"La Unión Europea debe reencontrar especialmente un alma, dotarse de una gramática del espíritu, puesto que es evidente que sólo los resultados materiales no bastan para satisfacer las aspiraciones humanas. Y hay varios efectos negativos que vienen propiciados por centrar todo en una sociedad de bienestar material. Uno de ellos es el de la ideología subyacente que pretendemarginar y eliminar a Dios. 'La cultura europea da la impresión de ser una apostasía silenciosa por parte del hombre autosuficiente que vive como si Dios no existiera' (Juan Pablo II, 13 de julio 2003). Vivir no sólo a espaldas de la fe en Dios sino, mucho peor, transitar por la vida creyendo que la palabra Dios debe desaparecer del diccionario puesto que el hombre se basta por si mismo y no necesita a Dios. Es el gran drama de hoy a pesar de que nos quieran convencer que cuánto más se progresa menos necesario es Dios. Ya no se cuestiona si Dios existe, se está convencido que ni siquiera he de preguntármelo", lamentó Pérez.
El prelado sostuvo que otro de los efectos negativos es la falta de sentido de la persona. "La ideología de género ha trastocado y destronado a la persona de su propia identidad. 'El hombre moderno, influenciado por esta ideología, pretende librarse incluso de las exigencias de su propio cuerpo. Se considera un ser autónomo que se construye a sí mismo; una pura voluntad que se auto-crea y se convierte en un dios para sí mismo', afirmaba Benedicto XVI. Se devalúa tanto la persona que se convierte en un puro objeto al socaire de los deseos de cada uno. Según esta filosofía, sigue diciendo el mismo Papa, el sexo ya no es un dato originario de la naturaleza, que el ser humano debe aceptar y llenar personalmente de sentido, sino un papel social del que se decide autónomamente, mientras que hasta ahora era la sociedad la que decidía. Como consecuencia de este modo de pensar, proceder y vivir se desnaturaliza y aparca a la familia", indicó.