Obispos de Canadá: «Para los cristianos bautizados, el adulterio es un antitestimonio público de la auténtica naturaleza de la Iglesia»
Los obispos de Alberta y Northwest Territory, Canadá, afirmaron que "el Sacramento de la Eucaristía celebra y profundiza precisamente esta unión entre Cristo y su Iglesia, por lo que toda ruptura grave de dicha unión, como el adulterio, debe ser sanada antes de la recepción". "Esta confesión debe estar motivada por un sincero arrepentimiento, una renuncia al pecado y un firme propósito de enmienda de la propia vida", explicaron.
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: InfoCatólica.
"NO SÓLO VULNERACIÓN DE UN MANDAMIENTO".
Los seis obispos de Alberta y Northwest Territory, Canadá, recordaron que "el matrimonio es un sacramento, una institución pública que tiene como misión dar testimonio del amor fiel de Cristo", y que "para los cristianos bautizados, el adulterio no es sólo una vulneración de uno de los diez mandamientos, es también un antitestimonio público de la auténtica naturaleza de la Iglesia: la unión conyugal entre Cristo y los bautizado", en sus orientaciones pastorales.
Los prelados indicaron que no se modificó su práctica ante los católicos divorciados en nueva unión, dado que el magisterio de la Iglesia sobre este sacramento se basa en las palabras de Cristo. "El Sacramento de la Eucaristía celebra y profundiza precisamente esta unión entre Cristo y su Iglesia, por lo que toda ruptura grave de dicha unión, como el adulterio, debe ser sanada antes de la recepción de la Sagrada Eucaristía", explicaron, al sostener que el fiel debe "confesar en el sacramento de la Penitencia todos los pecados graves de los que tenga conocimiento". Asimismo, aseguraron que es "erróneo" concluir que los católicos divorciados en nueva unión puedan recibir la Eucaristía "simplemente por mantener una conversación con un sacerdote".
"Esta confesión debe estar motivada por una verdadera contrición, que necesariamente entraña un sincero arrepentimiento, una renuncia al pecado y un firme propósito de enmienda de la propia vida. Tienen que estar preparados a llevar a cabo la imprescindible misión de acoger a estos hermanos y hermanas nuestros que se apartaron de la Iglesia a raíz del divorcio y un ulterior matrimonio civil. Sabemos que muchos católicos, a menudo como consecuencia de los mensajes que reciben desde la cultura secular, han llegado a caer en graves errores en materia de vida y familia", afirmaron.