Francisco a nuevos obispos: «Sean ministros de misericordia, con santidad, Verdad y amor»

El Papa indicó a los prelados que "el mundo está cansado de seductores mentirosos". "Me permito decir: de obispos a la moda. La gente se da cuenta – el pueblo tiene la percepción de Dios – y se aleja cuando reconoce a los narcisistas, los manipuladores, los defensores de sus propias causas, los promotores de banales cruzadas", sostuvo el Pontífice. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Radio Vaticano.

"NO SE HA ACEPTADO JAMÁS UN CLERO ERRANTE".

Francisco afirmó que los obispos tienen "la misión de ofrecer pastoralmente la misericordia, de tal modo que sean casas donde esté presente la santidad, la Verdad y el amor", durante el curso de formación para nuevos prelados, organizado por la Congregación para los Obispos en colaboración con la Congregación para las Iglesias Orientales, en la Sala Clementina del Vaticano. Les pidió que "no tengan miedo de proponer la misericordia como síntesis de cuanto Dios ofrece al mundo, porque a nada más grande puede aspirar el corazón del hombre". 

El Papa indicó ellos deben ofrecer la misericordia y que "es importante hacerla accesible, tangible y presente en las iglesias particulares a ustedes confiada". "El mundo está cansado de seductores mentirosos, y me permito decir: de sacerdotes a la moda o de obispos a la moda. La gente se da cuenta – el pueblo tiene la percepción de Dios – y se aleja cuando reconoce a los narcisistas, los manipuladores, los defensores de sus propias causas, los promotores de banales cruzadas", aseveró, al asegurar que se necesitan "personas que sepan hacer emerger de los áridos corazones hodiernos, la voluntad de escuchar al Señor". 

El Pontífice sostuvo que "Dios no se rinde jamás", sino que son ellos quienes se acostumbraron a rendirse. "Muchas veces nos acomodamos y preferimos dejarnos convencer que verdaderamente han podido eliminarlo e inventamos discursos amargos para justificar la ociosidad que nos encierra en el sonido inmóvil de los vanos lamentos. Les pido actuar con prudencia y responsabilidad en el acoger a los candidatos o incardinar a los sacerdotes en sus iglesias particulares. Recuerden que desde el inicio se ha querido una estrecha relación entre la Iglesia local y sus sacerdotes y no se ha aceptado jamás un clero errante o en tránsito de un lugar a otro. Y ésta es la enfermedad de nuestro tiempo", consideró.