Obispo Conejero: “Anhelemos la vida eterna”
Sostuvo que la alabanza gozosa vendrá con la felicidad eterna y que para eso Jesús entregó su vida, al morir en la cruz y resucitar por nosotros.
ACONSEJÓ MEDITAR SOBRE EL DESTINO DE LA HUMANIDAD.
![](http://archivo-2015-2020.verdadenlibertad.com/wp-content/imgs-post/img_gr/278_91.jpg)
El obispo de Formosa, José Vicente Conejero Gallego, reflexionó sobre la vida eterna, el destino al que todo hombre está llamado y aconsejó hacer el bien a los hermanos y ansiar la felicidad que dará ver cara a cara a Dios.
El prelado calificó de “muy propicio y saludable” meditar en la resurrección de los muertos y en la vida eterna para recordar que son invitaciones, promesas claras que Jesús hace a todo hombre. “Para esto ha sido enviado Jesús al mundo, para esto nos ha enseñado la verdad y el sentido de la existencia humana; para esto nos invita a creer y confiar en Él, para esto ha entregado su vida muriendo en la cruz y resucitando por nosotros, para que un día podamos alcanzar la vida eterna”, sostuvo.
Conejero invitó a apreciar a los santos, que contemplan para siempre el rostro de Dios, ya que pudieron despegarse de los bienes terrenales y querían con todas sus fuerzas estar íntimamente unidos a Cristo para siempre. Además, enseñó que, al rezar en el padrenuestro ‘Venga a nosotros tu Reino’, reconocemos que todo pasa y, a la vez, se despierta la esperanza de querer estar en la presencia viva y real de Aquel que nos creó y redimió.
“La vida presente, aún a pesar de todos los problemas y luchas existentes, es buena y merece la pena vivirse, porque Dios así lo ha querido. Esta esperanza y suspiro por la vida eterna nos equilibra, nos ayuda a relativizar y sopesar las vicisitudes del tiempo actual, que si bien es tiempo de gracia y conversión, lo es también de contingencia, de paso, de representación de este mundo hacia lo definitivo y lo pleno. Amemos la vida presente y pasémosla, como Jesucristo, haciendo el bien; pero anhelemos la vida eterna que Él nos prometió”, aconsejó el obispo.