Obispo de Japón denuncia la falsa misericordia de los que pretenden acabar con la vida humana

El obispo de Niigata y presidente de Caritas Asia, Tarcísio Isao Kikuchi, reiteró que "no está en nosotros medir el valor de la vida humana, solamente Dios, que ha creado la vida y que nos la ha donado, tiene el derecho a hacerlo". "Espero que a través de este horrible hecho, todos en Japón podamos tener otra posibilidad de repensar el significado de nuestras vidas y el valor de la vida humana", exhortó Kikuchi. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Asia News.

TRAS RECIENTE MASACRE CONTRA DISCAPACITADOS.

El obispo de Niigata y presidente de Caritas Asia, Tarcísio Isao Kikuchi, denunció la falsa misericordia de los que pretenden acabar con la vida humana, dado que "todos nosotros somos o podemos volvernos débiles en la sociedad", al comentar el asesinato de 19 discapacitados, que se encontraban en un centro, donde el asesino que los apuñaló dijo que se trató de un "homicidio misericordioso", el 26 de julio pasado, en la ciudad japonesa de Sagamihara.

"Es necesario ver en cada ser humano el reflejo de Dios y trabajar para que se genere una verdadera y auténtica familia humana. La noticia del asesinato me consternó profundamente: es más, me impresionó muchísimo saber que el sospechoso justificó sus acciones contra los minusválidos con la voluntad de 'salvarlos' a través de 'homicidios misericordiosos'. No está en nosotros medir el valor de la vida humana, solamente Dios, que ha creado la vida y que nos la ha donado, tiene el derecho a hacerlo. Quién tiene derecho a vivir, quién es digno de sobrevivir son juicios que no podemos pronunciar. Si lo hiciéramos, ¿no seríamos demasiado arrogantes delante del Señor, que nos ha creado?", aseguró

El prelado recordó que "Dios nos ha creado a su imagen y semejanza: por ende, cada vida humana tiene su importancia y su valor, en tanto imagen divina". "Esto es lo que nosotros llamamos dignidad humana. Todos nosotros afrontamos o estamos encastrados en las dificultades de la sociedad, y esto significa que todos nosotros somos potencialmente 'personas débiles', en un sentido u otro.  Espero que a través de este triste y horrible hecho ocurrido en Sagamihara, todos en Japón podamos tener otra posibilidad de repensar el significado de nuestras vidas y el valor de la vida humana", exhortó Kikuchi.