Patriarca católico de Irak: «Debemos proteger la historia, los valores y la espiritualidad que hemos heredado por miles de años»

El presidente de la Conferencia Episcopal Irakí, Louis Raphael Sako, destacó que "nuestros antepasados fueron mártires y testigos de la fe cristiana" . "Pedimos a nuestra gente que no tenga miedo de mantener alta su fe; el Dios en el cual ellos creen, y que ha dejado que sus casas se vaciaran, los devolverá sanos y salvos a su tierra y pondrá fin a su infelicidad", exhortó Sako. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Asia News.

A DOS AÑOS DE LA EXPULSIÓN DE CRISTIANOS DE MOSUL Y EL NÍNIVE.

El patriarca católico de Babilonia de los Caldeos y presidente de la Conferencia Episcopal Irakí, Louis Raphael Sako, destacó que "los cristianos estamos llamados a seguir las huellas de Jesucristo en vivir como hombres de paz, de amor y de buena voluntad para toda la humanidad", en un mensaje difundido al cumplirse dos años de la expulsión de los fieles cuando el Estado Islámico invadió Mosul y la Llanura del Nínive, en la noche del 6 y 7 de agosto de 2014. 

"Nuestros antepasados han regado esta bendita tierra con su sangre; ellos fueron mártires y testigos de nuestra fe cristiana. Ellos han plantado monasterios junto a las semillas de grano e iglesias junto a árboles de palma, así como escuelas, hospitales, etc. Por eso, nosotros, sus descendientes debemos proteger cuanto hemos heredado por miles de años. Incluyendo la tierra, la historia, la lengua, los valores y la espiritualidad. Nuestra misión confía en que la luz de Dios finalmente disipará las tinieblas, y que Su paz triunfará", sostuvo Sako. 

El prelado lamentó que "en este doloroso aniversario, el terrorismo todavía no ha sido derrotado; los conflictos no han terminado; las violaciones a los derechos humanos crecen en diversos niveles y las promesas de erradicar la corrupción, estableciendo un gobierno federal y luchando contra la desocupación, la pobreza, el analfabetismo y las enfermedades, han quedado en palabras". "Pedimos a nuestra gente que no tenga miedo de mantener alta su fe; el Dios en el cual ellos creen, y que ha dejado que sus casas se vaciaran, los devolverá sanos y salvos a su tierra y pondrá fin a su infelicidad", exhortó.