Prefecto de la Casa Pontificia asevera que es un problema serio el «impuesto eclesiástico» de la Iglesia en Alemania
Georg Gänswein criticó el trato a los católicos cuando deciden no pagar el impuesto que beneficia a la Iglesia en Alemania. "¿De qué manera la Iglesia en Alemania reacciona ante alguien que se va? Con la expulsión automática, la excomunión. Eso es excesivo, incomprensible. Se puede cuestionar el dogma, nadie está preocupado por eso, nadie es expulsado. ¿Es la falta de pago del impuesto a la Iglesia una ofensa más grande contra la fe que las violaciones a sus principios?", aseveró el arzobispo alemán.
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ACI Prensa.
EL CARDENAL MARX TUVO QUE RECONOCER LA GRAVE CRISIS.
El arzobispo alemán y Prefecto de la Casa Pontificia, Georg Gänswein, realizó una critica severa al "impuesto eclesiástico", el proceso de impuestos que beneficia a la Iglesia en Alemania, y afirmó que la manipulación que esta hace de los fieles es "un serio problema". El 15 de julio pasado, el cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (CEA), Reinhard Marx, tuvo que reconocer que se agudiza la crisis en la institución, dado que 190.000 católicos dejaron la Iglesia en 2015.
"Es un problema serio. ¿De qué manera la Iglesia Católica en Alemania reacciona ante alguien que se va? Con la expulsión automática de la comunidad, en otras palabras, ¡la excomunión! Eso es excesivo, totalmente incomprensible. Se puede cuestionar el dogma, nadie está preocupado por eso, nadie es expulsado. ¿Es la falta de pago del impuesto a la Iglesia una ofensa más grande contra la fe que las violaciones a sus principios?", aseveró el secretario de Francisco y Benedicto XVI. Asimismo, criticó esta situación, haciéndose eco también de las preocupaciones del Papa emérito, sobre cómo el sistema tributario de la Iglesia vincula la pertenencia de los fieles al pago de un impuesto solamente.
En Alemania, cuando los ciudadanos se declaran como católicos, protestantes o judíos en sus formularios de impuestos, el gobierno recoge automáticamente un porcentaje sobre la renta que equivale a 8 o 9%, o de 3 a 4% por ciento de su sueldo. Uno de los aspectos particularmente controvertidos es cómo los católicos son tratados cuando deciden ya no pagarlo. "La impresión que da el actual sistema es este: siempre que la fe esté en línea, eso es bastante aceptable, sin embargo, cuando el dinero entra en la ecuación, las cosas se ponen serias", aseguró Gänswein.