Arzobispo de Colombia: «Hay que entregarles el Evangelio vivo a los jóvenes»

El arzobispo de Medellín, Ricardo Tobón, aseguró que "el trabajo pastoral con los jóvenes no puede ser mero entretenimiento", dado que es urgente "llevarlos a que, con un proceso de sólida formación, se encuentren consigo mismos, descubran la presencia de Dios que ya se da en ellos y vayan asumiendo su propia misión en el mundo". 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: El Mundo Colombia.

A 2 SEMANAS DE LA JMJ EN CRACOVIA.

El arzobispo de Medellín, Ricardo Tobón Restrepo, afirmó que se debe "recuperar el camino de los jóvenes, hoy, como nunca, están necesitados de orientación y acompañamiento; ayudarlos a configurar bien la humanidad que van a usar toda la vida; en este campo no se puede andar con ligereza y con superficialidad", para lo cual "hay que entregarles el Evangelio vivo, que les sirva para afrontar todo lo que venga para ellos en el futuro", al destacar la importancia de la juventud en el mundo y la Iglesia, a semanas del comienzo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en Cracovia, Polonia. 

"No pocas veces perdemos el ritmo y los espacios de los jóvenes; con frecuencia estamos al margen de los problemas vitales de las nuevas generaciones; debemos confesar con franqueza que en muchas parroquias la 'pastoral juvenil' es una 'asignatura pendiente'. No basta realizar ciertos eventos para los jóvenes; es preciso hacer el recorrido vital con ellos. Esta tarea corresponde en primer lugar a la familia; basta mirar cómo actúa un joven para saber si proviene de un hogar que lo acompaña. Esta misión incumbe al mundo de la educación, que no puede contentarse con trasmitir datos sino que, desde sus posibilidades, debe también enseñar a vivir. Este deber atañe de modo especial a la Iglesia, llamada a incorporar los jóvenes con sabiduría, con amor, con profundo respeto a su libertad, a la vida en plenitud que debe tener cada comunidad cristiana", sostuvo. 

El prelado indicó que "urge la formación de grupos juveniles en las parroquias, donde puedan hacer un itinerario personal y comunitario que les permita crecer en humanidad, mientas se sitúan adecuadamente en el mundo, aprenden a integrarse creativamente con los demás, logran conquistar su libertad y entran en un proceso trascendente que los ponga en comunión con Dios". "El trabajo pastoral con los jóvenes no puede ser mero entretenimiento. Urge llevarlos a que, con un proceso de sólida formación, se encuentren consigo mismos, descubran la presencia de Dios que ya se da en ellos y vayan asumiendo su propia misión en el mundo. Más que quejarnos porque las instituciones llamadas a hacerlo no les transmiten la fe o porque frecuentemente constamos en ellos irreflexión e indiferencia, debemos ver allí una oportunidad maravillosa para llevarlos a la vida cristiana, desde el comienzo, de un modo auténtico, integral y pleno", aseguró Tobón.