«Benedicto XVI sigue estando presente en el recinto de Pedro, en la oración y el sacrificio»

El secretario personal del Papa emérito, Georg Gänswein, argumentó que "Francisco es el Papa legítimo y fue legítimamente elegido", por lo tanto "hablar de que hubo una conversación de dos papas, uno legítimo, otro ilegítimo es incorrecto". Gänswein negó que exista algún tipo de rivalidad entre Francisco y Benedicto XVI. "Aplicando un poco de sentido común, fe y teología, esto debería quedar claro", indicó. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ACI Prensa.

TRAS CUMPLIR RATZINGER 65 AÑOS DE SACERDOTE.

El Prefecto de la Casa Pontificia y el secretario personal del Papa emérito, Georg Gänswein, afirmó que "Benedicto XVI sigue estando presente en el recinto de Pedro, en la oración y el sacrificio, lo que debería dar frutos espirituales", al conceder una entrevista con el vaticanista Paul Badde, por el 65 aniversario de la ordenación sacerdotal de Ratzinger, el 29 de junio pasado, y al pasar más de tres años de la renuncia al pontificado.

"Francisco es el Papa legítimo y fue legítimamente elegido. Hablar de que hubo una conversación de dos papas, uno legítimo, otro ilegítimo, por lo tanto, es incorrecto. Benedicto sigue estando presente en el recinto de Pedro, en la oración y el sacrificio, lo que debería dar frutos espirituales", aclaró Gänswein, tras las recientes declaraciones que sugerían que había un "ministerio petrino compartido". Frente a ello, negó que Francisco y Papa emérito conversen acerca de problemas o que incluso exista algún tipo de rivalidad. "Aplicando un poco de sentido común, fe y un poco de teología, esto debería quedar claro", aseveró el arzobispo de Urbisaglia.

El secretario personal de Benedicto XVI ratificó que este "estuvo –y hasta la fecha lo está– muy en paz con su decisión de renunciar, porque era el camino correcto". "Los placeres que más disfruta el Papa emérito actualmente son tener tiempo para la oración, reflexión, lectura, y también para encuentros personales", aseguró. Además, recordó la noche del 11 de febrero de 2013 cuando un relámpago iluminó la cúpula de la basílica de San Pedro, a las pocas horas de que el Pontífice anunciara su renuncia. "La impresión fue de una señal desde arriba, una reacción. Cuando mostré las imágenes del incidente al Pontífice, éste se preguntó si se trataba de algún tipo de montaje digital. Sin embargo, la naturaleza había hablado", indicó.