Obispo de México: «El drama más profundo de nuestro tiempo es el olvido de la dignidad humana»

El presidente de la Comisión Familia, Juventud, Adolescentes, Laicos y Vida de la Conferencia Episcopal de México, Rodrigo Aguilar, denunció que "se quiere transmitir la sensación de que se remedia un acto de salvajismo como es toda violación, aunque en realidad el aborto no remedia nada, ya que la violación no puede dejar de haber existido, y el hijo fruto de la violación es completamente inocente". 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Conferencia Episcopal de México.

"TODO SER HUMANO DEBE SENTIRSE INTERPELADO ANTE EL ABORTO".

El obispo de Tehuacán y presidente de la Comisión Familia, Juventud, Adolescentes, Laicos y Vida de la Conferencia Episcopal de México (CEM), Rodrigo Aguilar , aseveró que "el drama más profundo de nuestro tiempo es la pérdida del sentido de la persona humana, el olvido de su dignidad", dado que "las sociedades modernas han experimentado en los últimos años cambios espectaculares, producidos por el desarrollo de la ciencia y la técnica en todos los aspectos de la vida, pero que lamentablemente, estos progresos no siempre han ido unidos al correspondiente crecimiento moral de la persona", en un comunicado titulado 'Acerca del aborto provocado en caso de violación', el 24 de junio. 

"La vida resulta así amenazada de múltiples maneras. Esta situación no puede corresponder al designio de Dios, Creador, Fundamento y Fin del hombre, quien lo ha puesto a su servicio, al servicio de su vocación trascendente. Junto al esfuerzo por velar en bien de la dignidad amenazada de la persona, observamos con alarma y honda preocupación que, a pesar de muchos logros, crecen en nuestra sociedad otras agresiones a la persona y sus derechos fundamentales", aseveró. Aguilar indicó que "conscientes de que todavía es tiempo de rectificar los errores y enderezar el peligroso rumbo que ha emprendido la legislación en materia de aborto provocado en caso de violación, que viene a consentir una injustísima muerte de inocentes cuyas motivaciones principales son la comodidad, la ignorancia, la soledad y la desinformación". Frente a ello, denunció que "se quiere transmitir la sensación de que se remedia un acto de salvajismo como es toda violación, aunque en realidad el aborto no remedia nada, ya que la violación no puede dejar de haber existido, y el hijo fruto de la violación es completamente inocente". 

El prelado mexicano aseguró que "los poderes públicos deben intervenir positivamente en la defensa de la vida y la dignidad del hombre, aunque este principio, patrimonio común de todos los ordenamientos desde el cristianismo, sea hoy puesto en cuestión por algunos". "El aborto provocado afecta directamente a la solidaridad natural de la especie humana, y todo ser humano debe sentirse interpelado ante cualquier aborto. Los valores básicos y esenciales, como la vida del ser humano y su dignidad, son previos, independientes y superiores a las determinaciones de las mayorías. El efecto multiplicador de la legalización del aborto se debe a que la opinión pública general ve como bueno lo que se despenaliza, y cada vez se trivializa más en las conciencias la decisión de abortar. Quien consiente y deliberadamente practica un aborto, acepta que se lo practiquen o presta una colaboración indispensable a su realización, incurre en una culpa moral y en una pena canónica ex comunión, es decir, comete un pecado y un delito", reiteró.