Francisco en Armenia: «La fe es una realidad constitutiva de la identidad de este país»

El Papa pidió a Dios que bendiga a los armenios "por este testimonio luminoso de fe, que muestra de manera ejemplar la poderosa eficacia y fecundidad del bautismo recibido hace más de mil setecientos años con el signo elocuente y santo del martirio, que ha sido un elemento constante en la historia de su pueblo", acompañado por el Patriarca y Catholicós de todos los armenios, Karekin II, con quien intercambió un abrazo de paz y recitó a voces alternas el salmo 122. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Oficina de Prensa de la Santa Sede.

DURANTE SU VIAJE APOSTÓLICO DE 3 DÍAS A LA PRIMERA NACIÓN CRISTIANA.

Francisco afirmó que "la fe en Cristo no ha sido para Armenia como un vestido que se puede poner o quitar en función de las circunstancias o conveniencias sino una realidad constitutiva de su propia identidad, un don de gran valor que se debe recibir con alegría, y custodiar con atención y fortaleza, a precio de la misma vida", en la Catedral Armenia Apostólica de la Santa Etchmiadzin, donde habló de la fe del país, del ecumenismo y la fraternidad frente a las divisiones que se viven en el mundo actual, durante el primer día de su visita apostólica al país del 24 al 26 de junio, que lleva el lema 'Visitar al primer país cristiano', en referencia a esta conversión de Armenia al cristianismo en el año 301 gracias a San Gregorio, el Iluminador. El Papa fue recibido por las autoridades religiosas y civiles, entre las cuales estaban el presidente de Armenia, Serzh Sargsyan y el Patriarca y Catholicós de todos los armenios, Karekin II.

"En esta solemne ocasión, doy gracias a Dios por la luz de la fe encendida en vuestra tierra, la fe que confirió a Armenia su identidad peculiar y la hizo mensajera de Cristo entre las naciones. Cristo es vuestra gloria, vuestra luz, el sol que os ha iluminado y dado una nueva vida, que os ha acompañado y sostenido, especialmente en los momentos de mayor prueba. Me inclino ante la misericordia del Señor, que ha querido que Armenia se convirtiese en la primera nación, desde el año 301, en acoger el cristianismo como su religión, en un tiempo en el que todavía arreciaban las persecuciones en el Imperio Romano. Como escribió san Juan Pablo II: 'Con el bautismo de la comunidad armenia, nació una identidad nueva del pueblo, que llegaría a ser parte constitutiva e inseparable del mismo ser armenio. Desde entonces ya no será posible pensar que, entre los componentes de esa identidad, no figure la fe en Cristo, como constitutivo esencial'. Que el Señor os bendiga por este testimonio luminoso de fe, que muestra de manera ejemplar la poderosa eficacia y fecundidad del bautismo recibido hace más de mil setecientos años con el signo elocuente y santo del martirio, que ha sido un elemento constante en la historia de su pueblo", sostuvo el Papa. 

El Pontífice pidió testimoniar a Cristo frente a las divisiones del mundo. "El mundo, desgraciadamente, está marcado por las divisiones y los conflictos, así como por formas graves de pobreza material y espiritual, incluida la explotación de las personas, incluso de niños y ancianos, y espera de los cristianos un testimonio de mutua estima y cooperación fraterna, que haga brillar ante toda conciencia el poder y la verdad de la resurrección de Cristo. El compromiso paciente y renovado hacia la plena unidad, la intensificación de las iniciativas comunes y la colaboración entre todos los discípulos del Señor con vistas al bien común, son como luz brillante en una noche oscura, y una llamada a vivir también las diferencias en la caridad y en la mutua comprensión", reflexionó el obispo de Roma acompañado de Karekin II, la máxima autoridad de la Iglesia local. Delante del altar del Descenso, ambos intercambiaron un abrazo de paz y recitaron a voces alternas el salmo 122. 

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