Más de 300.000 participaron del XI Congreso Eucarístico Nacional en Tucumán

El cardenal y legado papal, Giovanni Battista Re, sostuvo que desea "todo bien a cuantos viven en esta amada nación, de profundas raíces cristianas y fuertemente encaminada, con esperanza, hacia el futuro", al presidir la Misa de clausura, concelebrada por 150 obispos argentinos, y de otros países de Hispanoamérica, y unos 1.000 sacerdotes. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: AICA.

"LA EUCARISTÍA ES EL GRAN MOTOR DE LA VIDA CRISTIANA".

Más de 300.000 personas participaron de la Misa de Clausura del XI Congreso Eucarístico Nacional (CEN) en el Hipódromo de Tucumán, el 19 de junio, presidida por el cardenal italiano y legado papal, Giovanni Battista Re, quien reiteró que "la Eucaristía es el gran motor de la vida cristiana; ella es un aliciente para reconstruir el tejido cristiano de la sociedad y punto de partida para la tan deseada nueva evangelización". La celebración eucarística fue concelebrada por 150 obispos, presididos por el presidente del Conferencia Episcopal Argentina (CEA), José María Arancedo, y de otros países de Hispanoamérica, y unos 1.000 sacerdotes. La celebración eucarística comenzó con la interpretación de la Misa Criolla, la obra de Ariel Ramírez. La hermana Soraya Matu, de la congregación Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, confirmó que en esta Misa fueron consagradas 22.000 hostias. El momento central fue la adoración eucarística en el que fue utilizada la custodia construida gracias a la donación de alianzas, aros, y diferentes joyas de plata, entregadas por fieles tucumanos. 

"Hay una gran necesidad de reedificar la familia y la sociedad sobre la roca de la fe en Dios y de su amor misericordioso, que este Año Jubilar de la Misericordia nos hace experimentar. Deseo todo bien a cuantos viven en esta amada nación, de profundas raíces cristianas y fuertemente encaminada, con esperanza, hacia el futuro. El encuentro con Cristo en la Eucaristía no se agota en nuestra intimidad, sino que nos impulsa a dar testimonio y a la solidaridad con los demás. En torno al misterio eucarístico siempre se ha desarrollado el servicio de la caridad hacia el prójimo. De la Eucaristía ha brotado a través de los siglos un inmenso río de caridad y de obras sociales. También para las sociedad actual, marcada por tanto egoísmo, por la especulación desenfrenada, por tensiones y contrastes, por tanta violencia, la Eucaristía es una llamada a la apertura hacia los demás, a saber amar, a saber perdonar; es una invitación a la reconciliación, a la solidaridad y al compromiso con los pobres, con los ancianos, con los sufrientes, con los pequeños y los marginados. Reconocer a Cristo en la hostia santa, en efecto, lleva a saber reconocerlo también en los hermanos y abre nuestro corazón para salir al encuentro de toda pobreza. La Eucaristía también es luz para el servicio del bien común y para la contribución que los cristianos deben aportar a la vida social y política, que necesita hoy más que nunca de un quiebre, que lleve a poner fin a la corrupción y a una real renovación y progreso en la honestidad, en la rectitud moral, en la justicia y en la solidaridad. Pido a Dios que bendiga a las familias, escuelas donde se aprende la fe y ese patrimonio de valores que cada uno lleva consigo para siempre y a la Argentina formada por gente de diversa proveniencia, que la fe cristiana y sus valores han amalgamado en una gran nación, unida y rica en recursos y en ideales, que, en la fidelidad a sus tradiciones y a su identidad, mira al futuro con esperanza", sostuvo Re.

El cardenal italiano expresó su admiración por la devoción y la fe de los argentinos por la Eucarístía, y agradeció a los organizadores del CEN y especialmente al arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca, quien estuvo a cargo. De la Misa de clausura, participaron importantes funcionarios nacionales, dado que la oración de consagración fue pronunciada por el Presidente Macri, y la segunda lectura fue leída por la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti. Por su parte, el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, tras finalizar la Misa, aseguró que no tiene dudas de que "los tucumanos estamos viviendo el acontecimiento más importante de la historia de Tucumán desde la independencia". En un hecho inédito, estuvieron presentes de la ceremonia y de todas las celebraciones masivas las imágenes más veneradas del país como la Virgen del Valle de Catamarca, la Virgen y el Señor del Milagro de Salta, la Virgen de la Merced de Tucumán y el Señor del Mailín de Santiago del Estero, que fueron traídas en procesión desde las distintas provincias.