Francisco critica a los que «se escudan en una supuesta compasión para justificar y aprobar la muerte de un enfermo»

El Papa reiteró que "la cultura del descarte que rechaza y desprecia a las personas que no cumplen con determinados cánones de salud, de belleza o de utilidad", motivo por el que les pidió que "no cedan a la tentación funcionalista de aplicar soluciones rápidas y drásticas, movidos por una falsa compasión o por meros criterios de eficiencia y ahorro económico". 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ABC.

EN ENCUENTRO CON MÉDICOS DE HISPANOAMÉRICA Y ESPAÑA.

Francisco criticó a quienes "se escudan en una supuesta compasión para justificar y aprobar la muerte de un enfermo", dado que "la verdadera compasión no margina a nadie, ni la humilla, ni la excluye, ni mucho menos considera como algo bueno su desaparición", durante un encuentro con representantes de colegios de médicos de España y Portugal, y de la Confederación Médica Latino Iberoamericana, el 9 de junio pasado.

"La identidad y el compromiso del médico no se apoya sólo en su ciencia y competencia técnica, sino principalmente en su actitud compasiva y misericordiosa hacia los que sufren en el cuerpo y en el espíritu. La compasión es el alma misma de la medicina. Pero, ojo, compasión no es lástima, sino padecer-con. Ese modo de vivir la compasión es la respuesta adecuada al valor inmenso de la persona enferma, una respuesta hecha de respeto, comprensión y ternura. El valor sagrado de la vida del enfermo no desaparece ni se oscurece nunca, sino que brilla con más resplandor precisamente en su sufrimiento y en su desvalimiento", afirmó el obispo de Roma. 

El Papa reiteró que "la cultura del descarte que rechaza y desprecia a las personas que no cumplen con determinados cánones de salud, de belleza o de utilidad", motivo por el que les pidió que "no cedan a la tentación funcionalista de aplicar soluciones rápidas y drásticas, movidos por una falsa compasión o por meros criterios de eficiencia y ahorro económico". "Está en juego la dignidad de la vida humana; está en juego la dignidad de la vocación médica. Para ponerlo en práctica, deben pensar y sentir que la persona enferma es nuestro prójimo, que es de nuestra carne y sangre", sostuvo el Pontífice.