Conferencia Episcopal de Honduras: «La vida humana debe ser defendida siempre, desde el vientre materno»

Los obispos de Honduras argumentaron que ésta discusión es "una cuestión de dignidad y de respeto hacia la vida humana, ya que está en juego el futuro de la familia y de nuestro pueblo". "Es inaceptable el argumento que suele repetirse: 'es mi cuerpo, y yo decido sobre él'. La ciencia muestra un nuevo ser dentro de la matriz de la madre, unido a ella, pero un ser diferente", indicaron.

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: La Tribuna Honduras.

PRETENDEN DESPENALIZAR ÉSTE "CRIMEN ATROZ".

La Conferencia Episcopal de Honduras (CEH), presidida por el cardenal y arzobispo de Tegucigalpa, Óscar Rodríguez Maradiaga, aseveró que "la vida humana debe ser defendida siempre, desde el vientre materno, reconociendo en ella un don de Dios y una garantía del futuro de la humanidad", en un comunicado el 31 de mayo pasado, en el que exhortó a preservar la vida y no permitir la aprobación de ninguna ley que favorezca "el crimen atroz" de asesinatos de bebés, tras la propuesta de despenalización que algunos movimientos y grupos proaborto pretenden incluir en el nuevo Código Penal del país centroamericano. 

"El interés y la pretensión de los grupos abortistas, por conseguir lo que buscan, los han llevado, incluso, a querer engañar a la opinión pública con presuntas 'aperturas' por parte de la Iglesia Católica, para discutir la posibilidad de aceptar la práctica de este crimen abominable, en algunos casos o circunstancias precisas. La vida humana encierra un valor inconmensurable, desde su comienzo hasta su natural término, sin importar las condiciones o limitaciones concretas en que se encuentren las personas. Esta apreciación ha sido sostenida desde siempre y proclamada por los grandes de la antigüedad, desde Séneca hasta el mismo Aristóteles. La vida es realmente un misterio, un misterio espléndido, fenomenal, magnífico. Ante todo, es preciso exponer con determinación que la discusión acerca de la vida y de la muerte, hablando específicamente del aborto o la manipulación genética con supuestos 'fines terapéuticos', no es un problema o un tema de orden religioso. Es una cuestión de dignidad y de respeto hacia el bien más preciado, que es la vida humana, ya que está en juego el futuro de la familia humana y el futuro mismo de nuestro pueblo", indicaron los prelados. 

La CEH afirmó que "más allá de convicciones o intereses personales, escuchemos y atendamos la voz de nuestra conciencia antes de decidir y, sobre todo en este caso, escuchemos también la voz de la ciencia". "Ante la pregunta acerca de cuándo empieza a darse la condición de ser vivo, organismo humano, individuo o persona humana, la ciencia nos enseña cómo el embrión (en el vientre de la madre) encierra una estructura grandiosa, admirable, completísima. Es un individuo biológico con potencial evolutivo, y no mero tejido materno. El ser recién concebido posee un código genético diferente al de la madre y tiene, además, su propio flujo sanguíneo. Es un ser único, individual, irrepetible e insustituible, que está en un proceso de desarrollo progresivo y continuo. Por esta razón, es inaceptable el argumento que suele repetirse irreflexiva e irresponsablemente: 'es mi cuerpo, y yo decido sobre él'; ésta es una verdad parcial y confusa, ya que el ser que está en el vientre de la madre ya no es 'su cuerpo', sino 'otro cuerpo', 'otro ser'. La ciencia nos muestra un nuevo ser dentro de la matriz de la madre, unido a ella, pero un ser diferente", argumentaron.