Francisco y el Gran Imán de Egipto rechazan la violencia y el terrorismo islamista
El Papa y la mayor autoridad del Islam suní, Ahmed al-Tayyeb, abordaron "el esfuerzo común de las autoridades y los fieles de las grandes religiones por la paz en el mundo, el rechazo de la violencia y el terrorismo, la situación de los cristianos en las zonas de conflicto y las tensiones en Oriente Medio".
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ABC y Télam.
EN UN ENCUENTRO EN EL VATICANO.
Francisco y el Gran Imán de al-Azhar, Egipto, Ahmed al-Tayyeb, destacaron "los esfuerzos de las grandes religiones por la paz en el mundo", y expresaron su rechazo a la violencia y el terrorismo islamista, frente a la urgencia planteada por las matanzas del Estado Islámico, durante su primer encuentro en el Vaticano, el 23 de mayo. El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, aseguró que se pudo constatar enseguida "el gran significado de este encuentro en el marco del diálogo entre la Iglesia Católica y el Islam suní".
"El Papa y el Gran Imán abordaron el esfuerzo común de las autoridades y los fieles de las grandes religiones por la paz en el mundo, el rechazo de la violencia y el terrorismo, la situación de los cristianos en las zonas de conflicto y las tensiones en Oriente Medio", sostuvo Lombardi, sobre el encuentro que mantuvo el Pontífice con la mayor autoridad del Islam suní, quien batalla desde El Cairo por desacreditar desde el punto de vista religioso el terrorismo fundamentalista.
El Gran Imán fue recibido y acompañado al encuentro con obispo de Roma por el cardenal y presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, Jean-Louis Tauran, y por el secretario del mismo Dicasterio, Miguel Ángel Ayuso Guixot. San Juan Pablo II fue el gran impulsor del diálogo con todas las religiones, y realizó la primera y hasta ahora, única visita de un Papa a la Universidad de Al-Azhar en El Cairo en febrero del 2000, pero la relación entre ambas partes estaba interrumpida desde 2011. Al Tayyeb se enfrenta en Egipto con el extremismo de los Hermanos Musulmanes y los salafistas, al tiempo que Arabia Saudí financia la extensión de wahabismo extremista por decenas de países.