Entrevista de archivo al Padre Sergio Muñoz Fita ST

En el programa radial de VenL emitido el 31 de julio de 2013 entrevistamos al Padre Sergio Muñoz Fita, sacerdote misionero del Instituto Secular Servi Trinitatis, con motivo de su participación en la Jornada Mundial de la Juventud Río 2013.

Autor: VenL. / Fuente: Redacción VenL.

ARCHIVOS VENL.

Organización del viaje desde la Parroquia Santa Ana, Arizona

Servi Trinitatis llegó a Estados Unidos hace aproximadamente un año y medio. Nada más llegar aquí era difícil planear este tipo de actividades porque la prioridad era otra: conocer la parroquia, el tema del idioma, tomarle el pulso a la realidad de la iglesia y de la parroquia… En el mes de septiembre del año pasado, pensamos que era importante para los jóvenes de la parroquia tener una presencia en la Jornada Mundial, sabiendo que Dios muchas veces actúa o toca el corazón de los jóvenes aprovechando este tipo de acontecimientos. Desde entonces empezamos a prepararlo y lo que quisimos era intentar que nadie que quisiera ir a la Jornada Mundial se quedara sin poder acudir por razones económicas. Lo que hicimos fue organizarlo, nosotros por nosotros mismos buscando siempre la salida más económica, que menos dinero pudiera suponer a los peregrinos. Eso ha permitido llevar a bastantes personas, hemos llevado a cincuenta jóvenes. Son muchos jóvenes, teniendo en cuenta que prácticamente se ha preparado en muy pocos meses. Allí, en la Jornada Mundial, te encontrabas con diócesis enteras que llevaban menos gente de las que hemos llevado nosotros y hemos intentado que gente de la comunidad hispana, que normalmente tienen un poder adquisitivo más pequeño, pudieran acudir, y así ha sido. Creo que ha sido una bendición muy grande para toda la parroquia y de manera especial para los jóvenes que han asistido. Creo que ha generalizado en todos, encantados de una experiencia que es única.

Impresiones personales de la Jornada Mundial de la Juventud Río de Janeiro

Estuve en la Jornada del 2005 en Colonia, Alemania y fue muy distinta de la que hemos vivido en Brasil. Lo que más llama la atención cuando uno llega, sinceramente es el aspecto de la ciudad, que para un americano es tan distinto. Cruzas y atraviesas las nubes y lo que ven los ojos es una ciudad, en primer lugar, inmensa, que se ha construido entre las montañas, pero las favelas son las grandes protagonistas. Se ven por todas partes y eso obviamente impresiona. A mí me impresionó y como tenía conocimiento y había vivido situaciones parecidas, los chicos de Estados Unidos que no han visto jamás nada de eso en la realidad les llamaron mucho la atención. Nos alojaron en una parroquia que se llama Santa Cecilia que era una zona relativamente pobre y que se encontraba de hecho en una de las favelas de la ciudad. Entonces ese contacto tan repentino entre el primer mundo, la primera potencia económica que son los Estados Unidos, y una pobreza en algunos casos, casi extrema impresiona mucho. Y llama mucho la atención el ambiente de la Jornada Mundial que también se palpa cuando uno llega. Desde el momento en que uno aterriza y llega al aeropuerto y hay voluntarios, y grupos y gente que viaja contigo en el avión, hasta el recorrido por las calles donde se ve el color de peregrinos que vienen de todos los países, banderas de todos los lugares, eso transforma el rostro de la ciudad durante esa semana y obviamente la presencia del Santo Padre que tuvo un mensaje muy directo hacia los jóvenes sí que, desde luego quedará para siempre en el recuerdo de los que estuvimos allí.

El mensaje del Papa Francisco a los jóvenes

Antes de hablar del contenido de los mensajes del Papa, creo que hay que subrayar el estilo del Papa que es tan distinto del anterior. El Papa Francisco tuvo la delicadeza en dos ocasiones… de referirse al Papa Benedicto: al inicio de la Jornada Mundial, en el rito de acogida, hizo referencia que esta jornada había sido convocada por el Santo Padre Benedicto XVI, que no podía venir por motivos de edad y porque ya no es el vicario de Cristo en la tierra, pero que había hablado con él justo antes de salir para Brasil y le había dicho que iban a tenerlo muy presente y que le había pedido que por favor lo encomendara. El papa Benedicto le había respondido que iba a estar muy presente, que iba a estar siguiendo todas las celebraciones a través de los medios de comunicación. Me llamó mucho la atención la respuesta de los peregrinos porque en esas dos menciones que hizo del Papa Francisco, la juventud aplaudió y manifestó el cariño que siente todavía hacia quien fue el obispo de Roma y que también fue uno de los protagonistas, ciertamente en penumbra, pero uno de los protagonistas de esta jornada… Me llamó mucho la atención que en todas las intervenciones que tuvo hacia los jóvenes, no sé si tiene que ver con el hecho de que sea jesuita, pero cada una de las intervenciones, homilías, discursos, él los iba sintetizando en puntos. Decía: ‘en esta homilía quiero mencionar tres aspectos’, los enunciaba y después los desarrollaba; en el Vía Crucis: ‘me gustaría formularos tres preguntas’ y lanzaba las tres preguntas y luego las explicaba, con lo cual ganaba mucho en claridad, el mensaje era fácilmente comprensible para quienes estábamos allí, al mismo tiempo es fácil recordarlo o meditarlo… Yo creo que lo más importante es que ha colocado a Cristo, el misterio de Cristo muerto y resucitado en el centro, ha invitado a los jóvenes a que se unan al Señor sin ningún tipo de rebajas en lo que es la fe y eso quedó muy patente sobre todo en el rezo del Via Crucis, donde tuvo una meditación hermosa sobre el misterio de la cruz de Cristo y de cómo el cristiano tiene que abrazar a Cristo, pero no a Cristo de cualquier manera, sino a Cristo crucificado con todo lo que eso significa para nuestra vida. No es fácil ser cristiano pero vale la pena. Y junto a eso la pertenencia a la Iglesia, que se palpa de una manera evidente en una Jornada Mundial donde ves que la Iglesia no es lo que muchas veces los medios de comunicación están diciendo de ella. Es un misterio que nos sobrepasa, pero que es hermoso y realmente es una gozada pertenecer a la gran familia de Dios que es la Iglesia, que tiene pecadores, que tiene también santos y que tiene unos hijos extraordinarios. Entonces ese sentimiento de que hemos de sentirnos orgullosos de ser católicos, que la Iglesia es el lugar donde podemos encontrarnos con Cristo y tener esa amistad con Él y que para ser amigos de Jesús hay que ser exigentes y hay que estar dispuestos a abrazar la cruz, porque sin cruz no hay cristianismo.

Repercusiones en la delegación de jóvenes de la parroquia Santa Ana

Ciertamente que se ven los frutos cuando uno todavía está en el avión. Es verdad que no se ven todos los frutos, y que tal vez lo más importante queda dentro, y eso tiene que ir creciendo como una semilla que se planta o se siembra y tiene que regarse y crecer, asistidos por la gracia de Dios, la dirección espiritual, los sacramentos, todo lo que nos enseña la Iglesia y esto también lo ha querido recordar el Santo Padre que mencionó expresamente el tema de la oración, sacramentos y la dirección espiritual como medios necesarios para que el joven crezca en esa amistad con el Señor. Y luego en cuanto al grupo debo decir que el sabor, la sensación final que queda en la boca es un sabor extraordinario que cuando aterrizamos finalmente en Phoenix y los jóvenes se juntaron con las familias, se palpaba en el ambiente y ellos mismos lo expresaban, la alegría de haber podido compartir esa experiencia, pero no de manera aislada, sino estando todos juntos. Y… me parece que también apostólicamente ahora es nuestra responsabilidad aprovechar, porque se ha creado un grupito de gente que desea trabajar en el camino del Señor que, sobre todo pienso en algunos en concreto, tienen unas disposiciones muy generosas de dar a Dios lo que Dios les pida y que desean avanzar en la intimidad con Dios, y creo que nos corresponde a nosotros saber estar a la altura, darle mantenimiento, constancia a lo que Dios ha ido trabajando en ellos por medio de estas jornadas mundiales.