Obispo de Formosa: «Vivimos, no para nosotros mismos, sino para Aquél que por nosotros murió y resucitó»

El obispo de Formosa, Vicente Conejero Gallego, reflexionó que "las palabras del Maestro, nos dará la fuerza para vivir y testimoniar el amor misericordioso de Dios", y aseguró que "el gozo y la alegría son las notas distintivas de este tiempo pascual, el más hermoso e importante, que da sentido a todo el año litúrgico". 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: AICA.

"NUESTRA VIDA ESTÁ CENTRADA EN DIOS".

El obispo de Formosa, Vicente Conejero Gallego, recordó que "vivimos, no para nosotros mismos, sino para Aquél que por nosotros murió y resucitó", dado que "nuestra vida está centrada en Dios", y destacó que continúamos con las celebraciones del misterio pascual en las comunidades porque "este misterio es tan grande, que nuestra madre Iglesia nos ofrece cincuenta días para vivirlo y recrearnos en Él", en el editorial mensual del periódico diocesano Peregrinamos.  

"Después de haber conocido y experimentado en nosotros mismos la misericordia de Dios, ya que tan bondadosamente ha perdonado nuestros pecados, nos dispondremos, agradecidos, con alegría y gozo, a ser testigos de la misericordia divina, a favor de nuestros hermanos. Así queremos vivir, en este tiempo pascual, ahora y siempre. El gozo y la alegría son las notas distintivas de este tiempo pascual, el más hermoso e importante, que da sentido a todo el año litúrgico", sostuvo.

El prelado afirmó que "en este tiempo tan especial, hemos sido saciados de la misericordia divina por la Sangre preciosa de Jesús, nuestro Salvador, Sangre que ha lavado y purificado nuestros pecados". "Las palabras del Maestro, nos dará la fuerza para vivir y testimoniar el amor misericordioso de Dios. Ahora nos damos cuenta de que para 'ser misericordiosos como el Padre’, es necesario, antes de nada, creer que Dios ha sido y es eternamente misericordioso, que Jesucristo, su Hijo, ha realizado y manifestado su gran misericordia al entregar totalmente su vida por nosotros", aseguró Conejero.