Entrevista de archivo al Padre Alberto Bochatey, académico y experto en Bioética

Autor: VenL. / Fuente: Redacción VenL.

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Su nombramiento como obispo. Primeras reacciones 

Yo estaba en Roma, estaba ejerciendo mi tarea pastoral en el colegio internacional de la orden de San Agustín allí en Roma, y el señor nuncio apostólico en Argentina, monseñor Tscherrig, me llamó para avisarme que el Santo Padre me había nombrado obispo auxiliar de La Plata. Además de la emoción y la sorpresa que eso siempre provoca, un gran sentido de decir disponible para el Señor, porque lo que yo le decía al señor Nuncio: `mire tendría que pensar qué razones tengo para decir que no en conciencia´. Gracias a Dios no tenía ninguna. Aunque es algo que uno no lo tenía en los planes o no lo buscaba, se pone a disposición de los superiores, y mucho más cuando el superior es directamente el Santo Padre. 

Su inminente labor como obispo auxiliar de La Plata. Contacto con la arquidiócesis de La Plata

La misión del obispo auxiliar, como el nombre lo dice, es auxiliar, colaborar con el arzobispo, en este caso Arzobispo Metropolitano de La Plata que, por sus muchas tareas, pidió a la Santa Sede otro obispo que pudiera colaborar para hacer funciones propias del ministerio pastoral… Si bien… somos hermanos obispos, uno se pone a disposición del plan pastoral y de las necesidades que el señor Arzobispo vaya indicando. He llegado el viernes pasado a La Plata desde Roma y la acogida hasta ahora ha sido informal, porque la recepción oficial será el sábado, pero muy cálida, muy fraterna, con mucha alegría, con mucha esperanza, así que hay que hacer un esfuerzo para vivir el espíritu de Cuaresma, porque es un poco el ser recibido, buscar planes, proyectos, poder compartir juntos… Esta será mi tarea: colaborar un poco en las tareas del Seminario, con las religiosas de la arquidiócesis, y otras funciones y tareas que el Arzobispo oportunamente me irá indicando. 

Vivencias en Roma de la renuncia del Papa Benedicto XVI y su despedida

Yo estaba en Roma cuando el Papa anunció su renuncia el 11 de febrero y fue muy impactante, una gran sorpresa, y una mezcla de sentimientos. Por un lado, la certeza de perder un gran papa, un gran maestro de la fe y de la teología, persona de una delicadeza, de unas cualidades humanas excepcionales, y de una visión de iglesia, un horizonte amplio de futuro y de iglesia maravillosa. Por otro lado, la aceptación de la voluntad del Santo Padre y la solidaridad con él. La lección de humildad y de sabiduría inmensa que él nos hace en su propia renuncia, diciendo `no tengo fuerzas, estoy débil, no me siento capaz de seguir´. Ningún grande de la tierra lo dice: sentirse incapaz… Exige una gran personalidad, un gran dominio y conocimiento de sí mismo. Y después bueno un poco de nostalgia y al mismo tiempo rápidamente ponerse a rezar por el futuro de la Iglesia, por el futuro Santo Padre y vivirlo atentamente. Tuve la suerte de participar personalmente en la última audiencia pública de Benedicto XVI. No me da miedo decirlo, había un clima de fiesta en el sentido de acompañamiento, de celebrar lo que el Papa quiso para la Iglesia. Cambió una tradición secular. En la Iglesia abre otra página. Es un Papa que siempre nos demostró un gran amor a la verdad, nos habló con la verdad, nos dijo la verdad, nos dijo toda su verdad sin ningún miedo. Creo que nos deja muchas enseñanzas. Curiosamente yo tenía mi pasaje para el 28 de febrero, así que a las pocas horas que él dejó el Vaticano, a mí me tocaba dejar Roma… para venir a ser ordenado obispo, por lo tanto lo he vivido como una especie de paso de testimonio:… uno por anciano deja el ministerio pastoral, el ministerio petrino en ese caso, y buscan otro más joven para que inicie el ministerio episcopal. Así que con mucha responsabilidad y mucha fidelidad al Papa que me nombró obispo y que ahora en sede vacante me va a tocar recibir la ordenación que él quiso que en nombre de Dios yo recibiera… Son cosas muy profundas, muy grandes que se entremezclan. 

Expectativas con respecto al Cónclave y a la elección de un nuevo pontífice 

Sin duda hay una gran diferencia y yo creo que lo estamos viviendo por lo menos en lo personal, y nos han pedido los cardenales y según pidió su Santidad Benedicto XVI, vivir en oración, ponernos en oración por la Iglesia. Estamos rezando misa de elección del pontífice y pidiendo que el Espíritu Santo mueva los corazones de los cardenales, que los cardenales puedan tener celeridad para rezar, para dialogar, para meditar, y estoy seguro una vez más que tendremos un nuevo Papa que será importante, que será santo, y que ayudará muchísimo a la reconstrucción en lo que haya que reconstruir, y sobre todo a la conversión de la Iglesia, que bien sabemos siempre estamos necesitados de esa conversión. Estamos en tiempo de Cuaresma… Probablemente tengamos un papa todavía en el tiempo de Cuaresma, tiempo de conversión, de purificación para todos los cristianos, así que con la expectativa del corazón abierto y disponible a poder ser fiel a la Sede de Pedro en la persona del nuevo Papa.