Obispos de Portugal: «No se puede justificar la muerte de una persona por el consentimiento de esta»

Los prelados de Portugal aseveraron que "la legalización de la eutanasia afectará el modo en que la sociedad enfrenta las enfermedades y el sufrimiento porque la solución ya no pasaría por un esfuerzo solidario de combate a la enfermedad y al sufrimiento, sino por eliminar la vida de esa persona". 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ACI Prensa.

"NO ERES UNA CARGA PARA LOS OTROS".

Los obispos de Portugal aseveraron que "no se puede justificar la muerte de una persona por el consentimiento", al rechazar la posibilidad de la legalización de la eutanasia, el 14 de marzo pasado, en medio de un debate público que se inició en febrero pasado, cuando la presidente del Colegio de Enfermeras del país, Ana Rita Cavaco, denunció que "la eutanasia ya se aplica en los hospitales del país, al margen de la ley". El Bloque de Izquierda presentará al Parlamento un proyecto de ley para legalizar la eutanasia, propuesta que fue bien recibida por el Partido Socialista, lo cual aumentaría la probabilidad de que se apruebe.

"Quienes autoricen esta práctica están confirmando que la vida de una persona que sufre o que depende de los demás ya no tiene sentido y que pierde dignidad porque sólo en esas situaciones sería lícito suprimirla. La legalización de la eutanasia afectará el modo en que la sociedad enfrenta las enfermedades y el sufrimiento porque la solución ya no pasaría por un esfuerzo solidario de combate a la enfermedad y al sufrimiento, sino por eliminar la vida de esa persona. En el fondo la legalización de la eutanasia y del suicidio asistido pretende redefinir las ancestrales tomas de conciencia éticas y jurídicas relativas al respeto y a la sacralidad de la vida humana", aseveraron. 

Los prelados recordaron que "el valor intrínseco de la vida humana en todas sus etapas y en todas las situaciones está profundamente enraizado en nuestra cultura y tiene innegablemente la marca judeocristiana". "La Constitución portuguesa reconoce que 'la vida humana es inviolable (artículo 24°n°1) y que 'la vida humana presupone todos los derechos y de todos los bienes terrenos'. También presupone la autonomía y la dignidad. Por eso no se puede justificar la muerte de una persona con el consentimiento de esta. Cuando el enfermo quiere optar por la eutanasia, los servicios de salud, de la sociedad y del Estado no deberían alentarlo a que lo haga sino que deberían decirle: 'no, tu vida no ha perdido sentido, no ha perdido dignidad, tiene valor hasta el final, tú no eres una carga para los otros, sigues teniendo un valor inconmensurable para todos nosotros'", afirmaron.