Informe pericial muestra que vocera del Ayuntamiento de Madrid asaltó la capilla al estilo Ku Klux Klan

El documento evidenció de manera pormenorizada que la violenta forma de actuar de Rita Maestre y su grupo feminista formó parte de un ataque premeditado y estudiado en sus mínimos detalles, pese a que el partido Podemos, liderado por Pablo Iglesias, justificó el asalto como "algo espontanéo que surgió de la nada". 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Actuall.

CON TÉCNICAS "PARAMILITARES".

El informe pericial psicológico, que fue admitido como prueba documental y presentado por el Centro Jurídico Tomás Moro, en el juicio contra la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, reveló que el asalto a la capilla del campus de Somosaguas de la Universidad Complutense encabezado por ella y otros activistas, no tenían como intención reivindicar una universidad laica, sino que su verdadero objetivo era el intimidar y ofender a los que rezaban. La actuación de Maestre y su grupo se encuadra en lo que en Psicología se denominan 'grupos de odio' y que definen a bandas callejeras, grupos de skin heads o racistas como el Ku Klux Klan, cuando irrumpían de manera intimidatoria en los oficios religiosos de las comunidades negras. 

El documento evidenció de manera pormenorizada, pese a que el partido político español Podemos, liderado por Pablo Iglesias, justificó el asalto como "algo espontanéo que surgió de la nada", que la violenta forma de actuar de los asaltantes formó parte de un ataque premeditado y estudiado en sus mínimos detalles. Evidenciaron que las mujeres estaban perfectamente organizadas con técnicas paramilitares, dado que utilizaron una jerarquía y un uniforme determinado. Buscaban un "trofeo que llevarse de la capilla y su ánimo lejos de ser reivindicativo era intimidatorio y ofensivo", dado que gritaban frases blasfemas y ofensivas para los católicos. Los peritos argumentaron que "no fue algo espontáneo", los uniformes y coreografías fueron preparados con anticipación.

"En las imágenes del asalto se puede ver que el avance -de las feministas- queda bien estructurado, en su vanguardia y eje central, por hileras que sincrónicamente marchan paramilitarmente en columnas de a dos, y también de a tres. Esto demuestra la voluntad de adhesión a un plan de marcha preconcebido. Se advierte un proceder sistematizado y muy estructurado, que refuta cualquier atributo de espontaneidad. Si la marcha hasta la capilla tuvo un orden paramilitar, la uniformidad en el vestir acentúa aún más este carácter marcial. Este uniforme, que consistía en un pañuelo morado alrededor de la cabeza, era un signo distintivo de identificación y compromiso grupal", afirmaron al anular el argumento de la espontaneidad defendido por Rita Maestre.