El Vaticano exhorta a la ONU a no poner excusas para promover el aborto por el virus zika
El arzobispo filipino y observador permanente ante la ONU en Nueva York, Bernardito Auza, aseguró que "la promoción de una política tan radical es la confirmación de un fracaso de la comunidad internacional para detener la propagación de la enfermedad".
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ACI Prensa.
ANTE PEDIDO DE AUTORIDADES PARA PERMITIR EL ASESINATO DE BEBÉS.
El arzobispo filipino y observador permanente ante la ONU en Nueva York, Bernardito Auza, pidió a la organización internacional que no pongan de excusa al virus zika para promover el asesinato de bébes en el seno materno, en una reunión convocada por por el Presidente del Consejo Económico y Social, el 16 de febrero, al valorar uno de los problemas sociales y sanitarios en la actualidad.
Auza, en nombre del Vaticano, manifestó su solidaridad con los gobiernos de Hispanoamérica y toda la comunidad internacional en la lucha contra la emergencia de salud pública provocada por el virus e instó a todos los esfuerzos para ayudar a la región a detener la propagación del virus y el cuidado de los ya afectados, especialmente los pobres y vulnerables, los ancianos, los niños y los discapacitados. Asimismo, aseguró que no valen excusas para "terminar la vida de un niño", tras una de las polémicas surgidas estos días, la supuesta transmisión del virus de las madres embarazadas que lo tengan a sus hijos. La Santa Sede reiteró "que no ha habido evidencia científica concluyente que conecta el virus Zika de microcefalia y el síndrome de Guillain-Barré.
"Estamos profundamente preocupados por el reciente llamado por algunos funcionarios del gobierno, así como a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, para la liberalización de las leyes de aborto y el acceso a los abortivos como un medio para evitar el nacimiento de niños con defectos de nacimiento. La promoción de una política tan radical es la confirmación de un fracaso de la comunidad internacional para detener la propagación de la enfermedad", aseveró. Defendió que un diagnóstico de microcefalia, o el miedo a un diagnóstico tales, no deben justificar una sentencia de muerte sino más bien solicitar la protección y el cuidado de los demás, de acuerdo con su dignidad y la obligación de "proteger la vida humana, sana y discapacitados, con el mismo grado de compromiso, sin olvidar a nadie".