Obispo canadiense: «Los hombres y las mujeres deberían respetar y aceptar su identidad sexual»

Frederick Henry, obispo de Calgary, Canadá, rechazó enérgicamente la nueva regulación del Ministerio de Educación Canadiense sobre las escuelas, implementadas por el gobierno de Alberta, y que impone contenidos y actitudes sobre la sexualidad contrarios a la moral católica.

Autor: VenL. / Fuente: Gaudium Press.

"EL TOTALITARISMO ESTÁ VIVO".

"Me da tristeza decirlo, pero el totalitarismo está vivo y bien en Alberta", declaró el prelado el pasado 13 de enero ante la noticia de la norma. Su posición, que animó el debate sobre la iniciativa fue ratificada en una nueva carta del 25 de enero: "Si usted está leyendo esta pieza en la esperanza de descubrir una petición de perdón o una retracción, puede dejar de hacerlo ahora. Eso simplemente no va a suceder".

"Las Líneas Guía sobre Género del Gobierno de Alberta publicadas el 13 de enero no muestran evidencia de consulta con, o sensibilidad hacia, la comunidad católica. Respiran secularismo puro", advirtió el Obispo. "Este acercamiento y golpe directo de la locura del relativismo y la imposición forzada de una ideología particular anticatólica y de mente estrecha" según el prelado no está de acuerdo con la opinión de la Corte Suprema de Canadá "y debe ser rechazada".

Mons. Henry explicó que las escuelas católicas ya enseñan la caridad y compasión hacia toda persona humana sin discriminación alguna y exigen un trato respetuoso y digno hacia todos. Además, "nuestra enseñanza es simple y directa. Dios creó a los seres humanos como hombre y mujer", recordó. "En Su plan, los hombres y las mujeres deberían respetar y aceptar su identidad sexual. Dios creó el cuerpo y el sexo como buenos. Por tanto, no nos acercamos a la sexualidad con miedo u hostilidad a la carne. Es un don de Dios por el cual hombres y mujeres participan del plan de salvación y responden a su llamado a crecer en santidad".

El prelado recordó además el deber de las escuelas católicas de enseñar sobre la virtud de la castidad como un aprendizaje del dominio de sí mismo y un entrenamiento de la libertad humana y rechazó las disposiciones que buscan la aceptación de la idea "de que todas las formas de expresión sexual consensuada son legítimas". Ante esta posición advirtió que "la visión de la sexualidad que ellas asumen no es católica".

El obispo recordó que la Suprema Corte ya había establecido que "decirle a una escuela católica cómo explicar su fe socava la libertad de los miembros de su comunidad que han decidido dar efecto a la dimensión colectiva de su credo religioso participando en una escuela denominacional". Dicha intromisión estatal significaría definir los términos de la religión y desconocer los derechos de los padres sobre la crianza de sus hijos.

En su nueva referencia a este tema, publicada el día 25 de enero, el obispo denunció las desproporcionadas respuestas a su Carta Pastoral, entre las cuales se han contado "sobrenombres impublicables" y llamados a su renuncia por parte de grupos de presión, y reafirmó el derecho de la Iglesia a orientar la moralidad y denunciar las conductas erradas.