Participa en el Congreso Eucarístico Internacional cardenal que asisitió al de 1937 también celebrado en Filipinas

El cardenal Gaudencio Rosales, Arzobispo emérito de Manila, es sin duda uno de los invitados de honor en el Congreso Eucarístico Internacional que se celebra actualmente en la ciudad de Cebú, Filipinas. El purpurado tuvo la gracia de asistir al último Congreso Eucarístico Internacional en Filipinas, llevado a cabo en el año 1937.

Autor: VenL. / Fuente: Gaudium Press.

"VIVAN LA EUCARISTÍA".

Entrevistado por el informativo de los Obispos de Filipinas, CBCP News, el cardenal Rosales reflexionó sobre las características de la fe del pueblo filipino que permanecen a lo largo de los años. "Mientras que de un 80% a un 90% de los filipinos pueden no haber recibido una instrucción formal acerca de la fe, ellos están felices con la 'Teología del tocar'", indicó el purpurado, refiriéndose de esta forma a la intensa devoción popular local y la costumbre de tocar las imágenes sagradas más veneradas durante las procesiones. "Tocar las imágenes es una forma de oración".

De igual forma, destacó la importancia que la Eucaristía tiene para los católicos filipinos, quienes frecuentemente acuden a los sacerdotes para pedirles que celebren el sacramento incluso en lugares inesperados como centros comerciales, prisiones, bancos y edificios de oficinas. "La Eucaristía no es sólo la oración del sacerdote, es la oración de Jesús a su Padre, donde Cristo lleva nuestras plegarias al Padre", explicó.

El purpurado motivó a los filipinos a continuar este fervor Eucarístico, con particular ánimo a raíz del Congreso Eucarístico Internacional: "Hagan la Eucaristía, vivan la Eucaristía, dejen actuar la Eucaristía", exhortó. "Permitan al Cuerpo y la Sangre de Jesús en ustedes recorrer las calles y callejones, en jeeps, triciclos y buses, en la tiendas y los cafés, oficinas y escuelas, en cada mesa, en las familias donde las familias se unen en diálogo. Esto cambiaría el mundo".

Finalmente, el cardenal Rosales afirmó haber tenido reportes muy positivos de la fidelidad a la fe y la participación de los fieles filipinos en la vida sacramental en otros países. En varios viajes ha oído de labios de los prelados que una porción importante de los católicos locales proviene de Filipinas. "Ang Filipino ay kapit sa patalim, kapit sa Krus", exclamó en lengua local, que significa: "Los filipinos están dispuestos a quedar colgando de sus uñas aferrados a la Cruz".