Religiosas en Estados Unidos: «No podemos elegir entre nuestra atención a los pobres y nuestra fe»
La madre provincial de las Hermanitas de los Pobres en Estados Unidos, Marie Loraine Maguire, aseguró no pueden ser obligadas a elegir entre cuidar a los pobres y obedecer su conciencia. "Sólo queremos seguir sirviendo a los ancianos pobres, como siempre lo hemos hecho durante 175 años", sostuvo la religiosa.
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Gaudium Press.
FRENTE A CORTE SUPREMA POR IMPOSICISIÓN DE MANDATO ANTINATALISTA.
Las Hermanitas de los Pobres en Estados Unidos aseguraron a la Corte Suprema en un escrito legal el 4 de enero pasado, que no pueden ser obligadas a elegir entre cuidar a los pobres y obedecer su conciencia, frente al mandato antinatalista del gobierno de Barack Obama, a través del Departamento de Servicios de Salud y Humanos, que impone a los empleadores a ofrecer a sus empleados planes de salud que incluyan anticoncepción libre, esterilización y drogas abortivas.
"Ofrecemos a los ancianos más necesitados de toda raza y religión un hogar donde son recibidos como Cristo. Llevamos a cabo este ministerio amoroso por causa de nuestra fe. Para las hermanas no es posible escoger entre nuestra atención a los ancianos pobres y nuestra fe, y no deberíamos tener que hacerlo. Todo lo que pedimos es que nuestros derechos no sean confiscados". enfatizó la madre provincial de las Hermanitas de los Pobres, Marie Loraine Maguire.
La monja indicó que las autoridades establecieron múltiples excepciones a tal ley, pero se las imponen a ellas. "El Gobierno exime a grandes corporaciones, a pequeñas empresas y a otros ministerios religiosos de aquello que nos están imponiendo. Sólo queremos seguir sirviendo a los ancianos pobres, como siempre lo hemos hecho durante 175 años", afirmó la religiosa. Las religiosas, que perdieron una demanda en la Corte de Apelaciones en julio, aseveraron que el mandato contraceptivo viola la Ley de Restauración Religiosa de 1993, la cual contempla que el gobierno viola la ley federal al decir que el mandato es compatible con sus creencias religiosas.