Beatifican a 3 misioneros asesinados por terroristas en Perú

El cardenal y prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Angelo Amato, presidió la Misa de beatificación de los misioneros franciscanos Fray Michael Tomaszek y Fray Zbigniew Strzalkowski, ambos de origen polaco, y el sacerdote diocesano oriundo de Italia Alessandro Dordi, asesinados por terroristas de Sendero Luminoso, en 1991. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Gaudium Press.

MÁS DE 25.000 ASISTIERON A LA CEREMONIA EN CHIMBOTE.

Más de 25.000 personas participaron de la ceremonia de beatificación de los 3 primeros beatos mártires de Perú, presidida por el cardenal y prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Angelo Amato, y concelebrada por los obispos del país y cientos de sacerdotes, en el Estadio Centenario de la ciudad de Chimbote, el 5 de diciembre pasado. Los misioneros franciscanos Fray Michael Tomaszek y Fray Zbigniew Strzalkowski, ambos de origen polaco, y el sacerdote diocesano oriundo de Italia Alessandro Dordi, fueron asesinados por terroristas de Sendero Luminoso el 9 y el 25 de agosto de 1991.

Amato resaltó que el martirio de los beatos de Perú "fue la representación de la caridad". "Su predicación, su comportamiento, su apostolado, su aceptación del martirio fueron lecciones de caridad. Porque la caridad vence al odio y aplaca la venganza. Los mártires dejaron tres mensajes. El primero es un mensaje de fe. Los mártires superaron las numerosas dificultades de su misión en tierra peruana gracias a una extraordinaria confianza en la providencia divina les dio la serenidad para abandonarse en el plan de Dios, a pesar del concreto peligro de muerte. Un segundo mensaje es el de la caridad. Por amor se han hecho misioneros, impulsados por la influencia de anunciar a Cristo y de llevar a los pueblos la Buena Nueva del Evangelio; y tercero, es el mensaje a la fidelidad de la vocación cristiana y misionera", aseveró el enviado de Francisco, quien también bendijo la Plaza Buenos Aires en el distrito Nuevo Chimbote, donde fueron instalados tres bustos de estos mártires del país andino.

El cardenal y arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, desde Roma, afirmó que para la Iglesia en Perú es motivo de gozo "saber que delante de Dios estos tres hermanos nuestros entregaron la vida por la fe y ese amor tan grande a la Iglesia". "El martirio es una gracia de Dios, un regalo que Dios da algunas personas. No es un acto de una persona que por su cuenta arriesga o hace cosas, sino que Dios pide entregar la vida por defensa de la fe, es una gracia muy especial. Creo yo que hoy ese martirio muchas veces está en ser fiel en lo de cada día, en el martirio de vivir nuestra identidad de católicos en la familia, en el trabajo y en el cumplimiento de la vida ordinaria. Es el martirio de morir poco a poco al pecado, a la violencia y a todo lo que supone maltratarnos unos a otros", aseguró Cipriani.