Más de 20.000 fieles asisten a beatificación de un sacerdote brasileño

El sacerdote brasileño Padre Francisco de Paula Victor, o simplemente, Padre Victor, de origen africano, hijo de una esclava, fue beatificado en la ciudad de Três Pontas, en Minas Gerais. "Párroco generoso y excelente en la catequesis y en el ministerio de los sacramentos, se distingue sobre todo por su gran humildad. Pueda su extraordinario testimonio servir de modelo para todos los sacerdotes", sostuvo Francisco al recordarlo en el Ángelús en Roma.

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Gaudium Press.

FUE PRESIDIDA POR EL CARDENAL ANGELO AMATO.

Más de 20.000 fieles asistieron a la ceremonia de beatificación del sacerdote brasileño Padre Francisco de Paula Victor, o simplemente, Padre Victor, en la ciudad de Três Pontas, en Minas Gerais, el 14 de noviembre pasado. El cardenal y prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Angelo Amato, presidió la Misa central. 

"Ese hombre, nacido esclavo, tuvo una vivencia en la profunda caridad. El Padre Victor era feliz en dar aquello que poseía, pues se donaba al otro. Un santo sacerdote, supo con su paciencia y constancia en la fe, además de la perseverancia, conquistar al pueblo para Dios. Vivió en la acogida, en la fraternidad", aseguró el obispo de Campaña, Diamantino Prata de Carvalho. Francisco recordó al beato brasileño durante el Ángelus, en la Plaza de San Pedro, el 15 de noviembre pasado. "En Brasil, fue proclamado beato Francisco de Paula Victor, sacerdote brasileiro de origen africano, hijo de una esclava. Párroco generoso y excelente en la catequesis y en el ministerio de los sacramentos, se distingue sobre todo por su gran humildad. Pueda su extraordinario testimonio servir de modelo para todos los sacerdotes, llamados a ser humildes servidores del pueblo de Dios", enfatizó el Pontífice. 

El Vaticano aprobó el milagro atribuido a él, ocurrido en Campaña. Una profesora de 37 años, después de varias tentativas fallidas de quedar embarazada, quiso adoptar. Después de 9 meses, en agosto de 2010, aprobaron su requerimiento. La docente que era devota del Padre Victor se enteró ese mismo día que estaba embazada de su primer hijo, aún con la retirada de una de las trompas. El hecho fue constatado como milagro, por medio de la intercesión del beato.