Sacerdote irakí: «Me golpearon con un martillo en la cara, rompieron mi espalda»
El sacerdote irakí y párroco de la iglesia de Mar Elian de la ciudad de Erbil, Douglas Bazi, relató su testimonio de persecución por parte del Estado Islámico, tras sobrevivir a dos atentados de bomba en su parroquia y un secuestro de 9 días en 2006. El presbítero caldeo, que refugia a 117 familias cristianas que lograron huir de los yihadistas, aseguró que pese a todo el sufrimiento su pueblo no está enojado con Dios, pero si se preguntan hasta cuándo va a durar este situación.
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Conferencia Episcopal de Chile.
"ESTUVE UN AÑO EN CAMA".
El sacerdote irakí y párroco de la iglesia de Mar Elian de la ciudad de Erbil, Douglas Bazi, relató su testimonio de persecución por parte del Estado Islámico, al ser invitado por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIN) en Chile, el Instituto de Teología y el Arzobispado de Concepción, en el país trasandino. El presbítero caldeo sobrevivió a dos atentados de bomba en su parroquia de la ciudad de Erbil y un secuestro de nueve días en 2006 y en la actualidad refugia a 117 familias cristianas que lograron huir de los yihadistas.
"Después de 5 días quienes me secuestraron me dijeron: 'De acuerdo al Corán, en tiempo de guerra tú no eres mi enemigo, pero tú te volviste mi enemigo'. Después de 6 días me llevaron hasta donde un sacerdote y me dijeron que debía hablar en árabe, el idioma de ellos para que pudieran entender todo. Yo logré decir una palabra en mi idioma, una palabra de ayuda. Encerrado me dijeron luego de golpearme en la cara y ver caer un diente: 'No te preocupes, tienes más dientes y tenemos toda la noche para eso'. Me golpearon con un martillo en la cara, rompieron mi espalda, estuve un año en cama", afirmó sacerdote caldeo al rememorar su secuestro.
El presbítero aseguró que pese a todo el sufrimiento su pueblo no está enojado con Dios, pero si se preguntan hasta cuándo va a durar este situación. "Yo pienso que en buenas condiciones esto se va a extender otros 17 o 20 años más. Nos están atacando porque somos el último grupo educado de Irak, es más fácil romper el espejo que cambiar el rostro, y en este caso nosotros somos el espejo. Mi pueblo ha estado sufriendo por más de 200 años y ser sacerdote en Irak es una misión suicida, eso lo sabemos, pero estoy impresionado cómo hemos sobrevivido a los ataques ", aseguró Bazi.