Círculo Gálico B: «Las familias son las primeras víctimas de esta empresa ideológica en la que debemos encontrar métodos para la resistencia»
Seguimos publicando, después de concluido, algunas interesantes aportaciones de los grupos en el Sínodo de la Familia. El Círculo Gálico B, moderado por el cardenal Sarah, defendió "respecto a su acceso a los sacramentos" de los divorciados en nueva unión "el mantenimiento de la disciplina actual".
Autor: VenL. / Fuente: VIS.
COMENTARIO A 'INSTRUMENTUM LABORIS' III.
Me gustaría comenzar con algunas consideraciones globales antes de expresar lo que nos ha ocupado de manera particular en el examen de tres de los cuatro capítulos de esta tercera parte.
1. Algunas consideraciones generales
La primera nace de una constatación: nos ha faltado tiempo para examinar las numerosas cuestiones, a veces delicadas y difíciles, sobre diversos aspectos que hemos abordado en esta parte que comprende 78 de los 147 números del Instrumentum laboris. Sin embargo, nos ha sido posible compartir ampliamente nuestras experiencias, nuestras reflexiones y nuestras convicciones con la preocupación de contribuir en el texto en preparación a través de nuestros modi.
Considero, en segundo lugar, que la imagen del camino a menudo ha sido empleada en sus diversas acepciones: camino, itinerario, recorrido…
- para hablar de la familia en le medida en la que se habla de medidas reales;
- para hablar de las comunidades cristianas en la medida en la que ellas se ven directamente enfrentadas a realidades humanas que no pueden dejar indiferente a ningún discípulo de Cristo;
- para hablar de las personas en la medida en la que se tenga en cuenta la propia historia de cada uno con las cruces que puedan afectar a su vida;
- para hablar del perdón en la medida en la que conocemos la dificultad tanto de perdonar como de ser perdonado.
Finalmente, muchas de nuestras reflexiones se refieren, implícita o explícitamente, a la noción de responsabilidad:
- responsabilidad de la Iglesia plenamente Madre y sin embargo Maestra;
- responsabilidad de las comunidades cristianas en la acogida, la formación y el acompañamiento;
- responsabilidad de la familia, sujeto de la pastoral, llamada a dar testimonio en su vida del Evangelio de la familia.
2. Respecto al capítulo 1 “Familia y evangelización”
Nos han llamado la atención tres puntos en particular:
1. La familia como elemento constituyente del cuerpo eclesial tiene una responsabilidad propia respecto a otras familias, respecto a la comunidad cristiana y respecto a la misión de la Iglesia. La familia, sujeto de la pastoral, es parte activa al completo dentro de la evangelización y debe ser reconocida como tal. No se trata, en primer lugar, de mirar a la familia como una preocupación o insistir en su posible crisis o en sus problemas, sino de ayudar a las familias a encontrar el camino de cómo ayudar a otras familias y a todos los que las constituyen, a vivir de manera coherente e inspiradora su propia vocación.
2. La celebración del matrimonio articula en general dos momentos que son de igual importancia: el momento de la fiesta de la boda y el momento de la celebración sacramental. Por ejemplo, la imposibilidad de celebrar la fiesta de la boda por diversos motivos (el coste, relaciones entre la familia de los cónyuges, contexto socio-político…) puede impedir o retrasar la celebración del matrimonio sacramental. Cuando estos dos momentos son posibles, debemos reconocer la importancia de la fiesta de la boda para la Iglesia. La fiesta de la boda y la celebración sacramental son dos momentos clave en la vida humana, el matrimonio de los esposos. También se trata para los pastores de buscar una implicación mayor de la comunidad eclesial local en la celebración sacramental.
3. La realidad de la familia y las realidades familiares se inscriben en diversas culturas que se deben considerar y respetar en todo lo que se refiere a su especificidad: es decir, la importancia de la “mediación cultural” en la reflexión sobre la misión de la familia hoy en día. Teniendo en cuenta la importancia de los medios de comunicación social que transmiten a menudo esquemas culturales que parecen normativos, destacamos que las familias son las primeras víctimas de esta empresa ideológica en la que debemos encontrar métodos para la resistencia.
3. Respecto al capítulo 2 “Familia y formación”
Queremos señalar:
Primero, en la formación de los futuros sacerdotes y religiosos, es importante permitirles tener un conocimiento concreto de las realidades familiares y de tomar una conciencia clara de la complementariedad de las diversas vocaciones cristianas. Compete a los responsables de su formación encontrar los medios según los diversos contextos socio-eclesiales.
Con relación a la preparación del matrimonio, que es un tiempo esencial y fundador, Familiaris Consortio indica claramente tres tiempos: la preparación lejana que se opera a través de una pertenencia verdadera a la comunidad cristiana, la preparación cercana a través de una catequesis sacramental y preconyugal, y la preparación inmediata a través del acompañamiento personalizado en la celebración sacramental del matrimonio.
Finalmente, el acompañamiento de los esposos y las familias debe entenderse en la duración: de este acompañamiento depende que las dificultades puedan ser superadas y que las crisis no se conviertan en rupturas. Este acompañamiento puede realizarse de diversas formas: algunos han indicado la importancia de que los presbíteros y los agentes pastorales sepan vivir este acompañamiento con delicadeza y, en las situaciones complejas o difíciles, sepan también limitarse a su misión propia de orden espiritual. Es conveniente una formación específica en este acompañamiento para permitir un conocimiento de sí mismo, un conocimiento de las realidades familiares y un conocimiento de la enseñanza de la Iglesia en este dominio.
4. Respecto al capítulo 3 “Familia y acompañamiento eclesial”
Este capítulo aborda varios temas que hemos afrontado en su complejidad y también en su dificultad. La pastoral de los que han contraído un matrimonio civil o viven juntos –los términos para designar estas situaciones son diversos y varían dependiendo de las regiones del mundo– ha suscitado un debate entre los miembros del Círculo:
- unos han insistido en la importancia de discernir y de poner en evidencia los elementos positivos de situaciones que no se relaciona con el libertinaje y que son motivo en los que puede apoyarse una pastoral que acompaña hacia una unión sacramental;
- otros, sin negar la preocupación de propiciar el avance de estas personas hacia el momento del compromiso en el matrimonio sacramental, han insistido en el hecho de que estas situaciones no son conformes a lo que la Iglesia demanda.
La situación de las personas divorciadas y vueltas a casar nos ha conducido a señalar las posibilidades de participación en la vida de la comunidad cristiana que menciona Familiaris Consortio 84. Algunos han considerado además que sean más conocidas y profundizadas estas formas de participación en la vida de la comunidad cristiana y se preguntan sobre la necesidad del mantenimiento de ciertos límites actuales (ser lector, participar en el consejo pastoral…). Respecto a su acceso a los sacramentos, el Círculo se ha pronunciado por el mantenimiento de la disciplina actual.
Con relación a los Motu Proprio Mitis Iudex Dominus Iesus et Mitis et Misericors Iesus la cuestión de la falta de fe de los esposos parece denotar un problema teológico que podría ser abordado en el marco de un documento magisterial que trataría de dar coherencia a un conjunto de textos que, de orden teológico y canónico, parecen más yuxtapuestos que articulados.
También nos parece importante diferenciar cuidadosamente matrimonio mixto y matrimonio con disparidad de culto. En este último caso, tienen tanta importancia las situaciones según el contexto jurídico-legal de los países como el riesgo práctico sufrido por la parte católica de no poder vivir los compromisos de fe que poseían al comienzo de su matrimonio.
Nos ha faltado tiempo para reflexionar sobre la situación de las personas homosexuales en nuestras diversas sociedades y en las diferentes dimensiones de una pastoral de la Iglesia a este respecto.Como conclusión, a través de nuestro intercambio de opiniones y de nuestros debates hemos aprendido mucho los unos de los otros, sin por ello poder acabar nuestra reflexión por falta de tiempo.
Traducido al castellano por Ana Cristina Saiz.